Una mujer francesa de entre 60 y 70 años ha sido hallada ahogada y flotando en la playa Fosca de Palamós (Girona) este domingo, después de una mujer que paseaba por la zona la haya avistado y haya avisado al teléfono de emergencias a las 9.00 horas.

Según un comunicado de Protección Civil, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) ha enviado dos ambulancias, pero las maniobras de reanimación han sido infructuosas.

Al lugar, donde en el momento del accidente aún no había comenzado el servicio de vigilancia, también se han desplazado dos patrullas de la policía de La Bisbal de l'Empordà.

Ocho bañistas, dos de ellos menores, y dos submarinistas han muerto en lo que va de verano en playas y ríos catalanes, la mayoría personas mayores de 60 años, según datos de Protección Civil de la Generalitat.

La jefe de Gestión de Emergencias de Protección Civil, Montse Costa, ha explicado que la cifra de bañistas muertos esta temporada es muy similar a la del año pasado, y que en todo el verano de 2012 —entre junio y septiembre— hubo 25 víctimas, de los que 15 tenían más de 70 años y las muertes se produjeron "por patologías anteriores".

De los ocho muertos este 2013, el primero el 14 de junio, dos han sido menores y uno de ellos se ahogó en un río de La Bisbal d'Empordà (Girona), mientras que otro caso fue el de un abuelo que se tiró al mar a salvar a sus dos nietos y murió de un infarto al salir del agua por el esfuerzo, una mujer que sufrió un corte de digestión, y el resto casos fueron paros cardíacos o desmayos en el agua, ha resumido Costa.

En el caso de los submarinistas, los dos casos se han producido en Torroella de Montgrí (Girona), una el 2 de junio y la otra el 18, el primer caso de una mujer francesa que padeció una parada cardiorrespiratoria y el segundo, un hombre que se adentró en una cueva de difícil acceso mientras practicaba pesca submarina.

Protección Civil prevé que los incidentes aumenten a medida que avance el verano ya que se espera una gran ocupación de las playas catalanas por el turismo y la crisis, que obliga a muchos ciudadanos a pasar las vacaciones cerca de casa.

Por ello, quieren concienciar a los ancianos para que "tengan en cuenta su estado físico a la hora de bañarse y sean conocedores de sus limitaciones", siguiendo consejos como evitar el baño después de comer o al haber realizado un ejercicio físico importante, y recurrir a las duchas en caso de querer refrescarse si se encuentran mal.

Para hacer llegar estos mensajes, se está estudiando utilizar los centros de asistencia primaria (CAP), los casals de ancianos, el Servicio de Teleasistencia y otros servicios de asistencia social.