Caseríos, ermitas y mercados: recorriendo el territorio del Huevo de Caserío Vasco

  • Campesinos vascos mantienen la crianza de las gallinas de la raza Gallus gallus, entre praderas y frutales.
  • El caserío Igartubeiti se mantiene congelado en el tiempo, convertido en museo.
  • En Zumarraga, dentro de La Antigua maravilla la cubierta de artesonado de roble, que recuerda al casco de un barco vuelto del revés.
Palacio del conjunto medieval de Igartza.
Palacio del conjunto medieval de Igartza.
Igartza.net
Palacio del conjunto medieval de Igartza.

Al margen de las granjas de producción industrial y las gallinas apelotonadas, el selecto Huevo de Caserío Vasco es el resultado de una manera antigua, minuciosa y natural de hacer las cosas. Algunos campesinos vascos han mantenido la crianza tradicional de gallinas de la raza Gallus gallus. Estas corretean al aire libre, entre praderas y frutales, alimentadas principalmente con maíz, y pasan las noches en recintos cómodos y sanos.

El sello Eusko Label certifica la calidad superior del Huevo de Caserío Vasco-Euskal Baserriko Arrautza. Según el reglamento, se producen, como mínimo, una semana después de la salida de las gallinas a la pradera. Cada vez son más apreciados por los consumidores. El lugar del Huevo de Caserío Vasco es un territorio de caseríos, ermitas, mercados, el juego de la pelota y el buen comer.

Beasain

Alberga el conjunto medieval de Igartza, un palacio del siglo XVI con ermita, ferrería, molino, casa del zapatero, del herrero, etc. Muy cerca, el caserío Igartubeiti, que se mantiene congelado en el tiempo, convertido en museo para mostrar cómo vivían los campesinos 'baserritarras' de hace 400 años.

Zumarraga

Esta localidad exhibe esa vieja espiritualidad cuajada en piedra y madera. Como el templo de La Antigua, al que llaman 'catedral de las ermitas vascas', un edificio románico de transición al gótico. En su interior, maravilla la cubierta de artesonado de roble, que recuerda al casco de un barco vuelto del revés, en el que aparecen tallados motivos vascos ancestrales, como soles, ruedas, cruces gamadas y dragones.

Azkoitia

Aquí el Santuario de Loyola, un Vaticano vasco dedicado a San Ignacio. Desde Azpeitia, donde también podemos visitar el Museo del Ferrocarril y viajar en una locomotora de vapor.

Ernio

Es el monte que se alza erizado de cruces, territorio de pastores que anteayer aún vivían casi como en el Neolítico. Desde Errezil o Bidegoian se puede caminar hasta la cumbre, fantástico mirador sobre toda Guipúzcoa.

Ordizia

Merece la pena visitar D'elikatuz, un Centro de Interpretación centrado en la gastronomía. Hay cofradías de la alubia y de la morcilla, ferias de la chuleta, museos de repostería y mercados como el de Ordizia, que todos los miércoles desde hace quinientos años –y los viernes desde hace poco– exhibe los mejores productos de la tierra.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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