El cineasta aragonés Carlos Saura prepara un documental sobre el proceso de construcción del futuro Centro Botín, un encargo de la propia Fundación Botín en el que no se limitará a filmar el edificio diseñado por el arquitecto genovés Renzo Piano -cuya inauguración está prevista para 2014-, sino que también incluirá diálogos con la propia familia de banqueros -"queda pendiente una entrevista fundamental con Emilio Botín-, y con parajes de la capital cántabra y de la región, pues "todo el mundo conoce el banco" pero "mucha gente" al mismo tiempo "no sabe dónde está Santander".

Así lo ha anunciado el autor de 'Flamenco' durante el diálogo que mantuvo con el director del Laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga, Pablo Fernández Berrocal, dentro del seminario 'La Bella Durmiente II: artes y emociones para despertar la creatividad', organizado por la Fundación Botín en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

Este trabajo es paralelo a la preparación de la que será su nueva película, '33 días', que empezará a rodar en enero de 2014. El título hace referencia al tiempo que invirtió Pablo Picasso en pintar su célebre 'Guernica', y supondrá una mirada no solo a la relación del artista malagueño con su "pintura totémica", sino también "con la guerra española, con sus amantes", una "historia preciosa" que por fin tiene ya financiación apalabrada con "una productora francesa".

Ante una sala abarrotada por los alumnos que siguen durante toda la semana el curso, el experto en inteligencia emocional fue interpelando durante casi una hora al cineasta y fotógrafo, desgranando su concepto del cine como el arte "total", el único que "lo tiene todo", al que ha dedicado más de 40 películas en las que siempre ha hecho "lo que me gusta".

"Mi vida y el cine corren un poco en paralelo", pues "yo voy cambiando y también lo hacen mis películas", continuó Saura, quien reconoció ante Fernández Berrocal que un toque distintivo de su filmografía es "la violencia". "Pasas la frontera y te das cuenta de que España es un país bárbaro", pero no en un sentido siempre negativo, pues "España es un país muy potente, muy fuerte, muy interesante", ha dicho.

Para el premiado director, en la elección de los temas por parte de los cineastas españoles, "siempre hemos tenido una inquisición", pues "no he visto que nadie haya hecho una película" de verdad "crítica" con instituciones como "el ejército", "con la iglesia", en una especie de "censura personal" que al mismo tiempo se convierte en "económica, pues no habría una productora para hacerlo".

Su concepto de la libertad también ocupó buena parte de la charla, declarándose partidario de que "la obligación de un joven es reaccionar contra sus padres", sobre todo en un momento como el actual en el que "están un poco desorientados" respecto a su futuro laboral pues "España de repente se ha convertido en un país casi dedicado al turismo".

A todos animó a "hacer lo que a uno le guste", reconociendo no tener claro el concepto de creatividad, pero sí "el de la intuición", el de "las emociones colaterales", pues como expuso minutos antes del coloquio ante un encuentro improvisado con periodistas, "en la vida no estamos solos, estamos rodeados de sensaciones, impresiones y de cosas que nos afectan", sentenció Saura, un creador que se considera ante todo "vital", "muy optimista conmigo mismo y muy pesimista con los demás".