Más de 2,6 millones de personas apostaron por alquilar un apartamento para sus vacaciones de verano entre julio y agosto del año pasado. Es una forma en alza por una cuestión de precio. En mayo aumentaron un 18,6% las personas alojadas en apartamentos en relación al mismo mes de 2012.
Pero como en todo negocio hay mucho listo dispuesto a hacer dinero con la buena fe de los demás. Alquilamos un apartamento con la confianza de que todo es lo que parece pero podemos encontrarnos problemas con la forma de pago, los extras que no se incluían en el precio o malos usos de la vivienda.
Si vas a alquilar una vivienda vacacional, Fotocasa da unos cuantos consejos para hacer las cosas bien:
Estar seguros de qué estamos alquilando
Pide fotografías y examina la fiabilidad del propietario. La mejor opción sería poder visitar el inmueble antes de alquilarlo y contactar directamente con el propietario o la agencia. Si no es posible, busca opiniones en internet sobre ese alquiler. Los usuarios tal vez ofrezcan una visión más objetiva.
Ojo con los chollos que no lo son
Las viviendas espectaculares a precios irrisorios nos deben hacer sospechar. Es importante conocer el precio medio de la zona para saber si lo que nos están intentando alquilar puede llegar a ser una estafa: porque pidan mucho más de lo que deberían o bien porque se trata de un chollo que no lo es, un gancho. Otro síntoma de desconfianza pueden ser los propietarios con los que nunca es posible contactar por teléfono o que se niegan a darte un teléfono fijo.
Una forma segura de pago
Algunos métodos de pago son más seguros que otros. Es preferible pagar con tarjeta o transferencia, ya que los bancos pueden revocar la operación hasta unos días después de haberla hecho en caso de descubrir irregularidades. Los servicios de envío directo de dinero (como Western Union, Moneygram, etc.) son los que generan más sospechas. Mejor si comprobamos que el titular de la cuenta en la que se ingresa el dinero y el dueño de la propiedad son la misma persona.
Señal sí, pero razonable
La obligatoriedad de dar una paga y señal para reservar el alojamiento es un buen síntoma para asegurarnos de que nadie más podrá alquilar esa vivienda en las fechas que hemos pactado. Sin embargo, este pago no debería suponer más de un 20% o 30% sobre el precio total del alquiler.
Detalles previstos
El diablo está en los detalles. Para evitar imprevistos y malentendidos es importante detallar con anterioridad cómo se hará la entrega de las llaves o acordar las condiciones de limpieza, previa y posterior, del inmueble. La información detallada del coste total del alquiler debe quedar aclarada en aspectos como el aparcamiento o los gastos de suministros que se puedan realizar durante el periodo de alquiler.
Antes de firmar
Es imprescindible visitar el alojamiento y comprobar el funcionamiento de aparatos eléctricos así como detectar si hay algún desperfecto o avería en algún elemento de la vivienda. Cualquier anomalía debe ser incluida en el contrato para que quede constancia del estado en el que se entró en el inmueble. Solicite también al propietario un teléfono de contacto para localizarle ante cualquier contratiempo o avería.
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