Lentamente, de uno en uno, tensos por los nervios y el intenso calor que inunda los Teatros del Canal, actores cantantes y cantantes actores (y muchos de ellos también bailarines) van sometiéndose a la prueba que puede abrirles las puertas de Karol Wojtyla. La verdadera Historia, el ambicioso musical que narrará la vida del carismático papa Juan Pablo II antes de su pontificado.

Tras dos días de casting —el 2 y el 3 de julio—, se elegirá a tres actores que se encargarán de interpretar a Karol Wojtyla como niño (de unos 9 años), como adolescente (de 15 o 16 años) y como hombre (de 50 años) antes del habemus papam. Pero no son los únicos papeles de importancia que habrá en el musical, también se busca a la madre, al padre, a su hermano, a los amigos que trabajaban con él... "Buscamos gente que, aparte de tener un buen nivel técnico, transmitan una emoción especial. Hay personas que cuando cantan, aunque no son perfectas vocalmente, logran llegar al alma", cuenta la directora de producción del musical, Victoria Martínez.

Los elegidos darán vida a una obra que nace, en palabras de la periodista y también asesora del musical Paloma Gómez Borrero, "con el deseo de revivir a través de la música y el baile la figura de Juan Pablo II". "Como es una vida dramática, con momentos muy espectaculares y momentos muy tristes, tiene todos los ingredientes para que resulte muy atractivo el argumento. Eso, unido a la música de la artista israelí Noa, va a dar como resultado algo precioso", asegura.

"No me esperaba pero no me extraña que se haya hecho un musical sobre su vida. Era una persona a la que también le gustaban las cosas que le gustan a los jóvenes. Yo creo que sería el primero que iría a ver el musical", comenta enternecida Gómez Borrero.

La mayoría de los candidatos que han pasado por el casting han trabajado y trabajan en conocidos musicales pero, ¿alguno tan católico como este? "Cuando era un chaval hice una versión de Jesucristo Superstar, no sé yo cuál de los dos será más católico. Quizá aquel era un poco irreverente, ¿no?", comenta entre risas Jaume Giró, uno de los aspirantes que se ve quizá como secretario del papa, aunque no descarta interpretar al propio Wojtyla.

"No. Aquí con la iglesia hemos topado", bromea Javier Navares, que se muestra contento aunque con lógicas reservas respecto a su prueba: "El casting yo lo he visto bien, pero esto siempre es muy subjetivo. Uno puede salir con muy buenas sensaciones y que en el otro lado no se las lleven o pensar que lo has hecho desastrosamente y que hayan visto algo que de repente les ha parecido una genialidad y digan "vamos pa'lante". Esto es siempre como el España - Italia, la lotería de los penaltis. En esta profesión vivimos en un penalti continuo".

En cuanto al papel que le gustaría interpretar, tampoco da muchos detalles: "He estado leyendo los perfiles y había uno con el que creo que encajaba, pero no recuerdo exactamente cuál es. Como no es una decisión nuestra... Tú a lo mejor vas a por el papa y luego te toca interpretar a una sacerdotisa. Depende de cómo te vean ellos".

Navares también tiene la explicación a la ausencia de túnicas entre los participantes del casting. "Con este calor, ¿qué se puede esperar? Estas audiciones las hacen en noviembre y yo me vengo con sotana y alzacuellos, pero ahora no. Yo no le he echado valor", comenta en tono jocoso.

Muy contenta, casi eufórica, temblando aún de los nervios, sale de la prueba Olga Carrillo, otra de las candidatas. "Suele pasar que cuando tienes poco tiempo para prepararte un casting y menos te lo esperas, acaban siendo los mejores. Cuando estás mucho tiempo detrás, estudiando y tal, supongo que piensas tanto que al final la energía se te va por donde no debe", asegura. "Yo he llegado, he cantado —he destrozado el italiano, un idioma tan bonito me lo he cargado—... Me han descolocado un poco porque todo lo que tenía preparado le han dado la vuelta, me han pedido una canción en castellano que se supone que no hacía falta... pero bien, muy bien", sentencia.

Jesús Daniel, que presume entre risas de que su nombre es muy apropiado para una obra de este tipo, asegura que el aspecto no lo es todo a la hora de meterse en la piel de un personaje. "La persona que ama el cantar, el interpretar y que siempre tiene un micrófono en sus manos es lógico que le guste participar en un musical. Me han preguntado mucho si creo que con mi aspecto podría hacer de Juan Pablo II... No creo que eso sea lo más importante, sobre todo porque es una figura que probablemente habrá que caracterizar", explica.

Jorge Ahijado no destaca el papel que le gustaría hacer sino el que cree que le encajaría mejor. "Por mi perfil, los antagonistas me pegan.... o me los empaquetan. Y hay uno que me gusta mucho, que es un poco más malote, que tiene su picardía. Me gusta. Como papa no me veo, aunque, ¡ojo!, que una cosa es que me vea y otra que me vean, que no es lo mismo", cuenta.

Admite que la prueba le ha salido bien, aunque no se lo debe al Altísimo: "Anoche no recé como tal, pero cada uno tiene sus "rezos". Hice mi proceso de relajación, de estudiar mucho, de prepararme mentalmente, porque aquí lo que mueves es la adrenalina y la adrenalina es negativa, hace que te descontroles. Puede decirse que sí hice mi proceso particular de rezo".

El musical se estrenará en la Ópera de Roma el 8 de diciembre, el Día de la Inmaculada, virgen por la que Juan Pablo II sentía una gran devoción. A partir de esa fecha, la obra comenzará a representarse en países como España, Italia y Polonia.