El mes de junio "ha vuelto a dar buenas noticias para el desempleo", ha indicado UGT en una nota de prensa. En esta ocasión, La Rioja ha vivido la mayor rebaja del paro que se recuerda en este mes, con 679 desempleados menos. Por sexos, el paro masculino ha descendido en mayor medida (438 desempleados menos); y por sectores, el sector Servicios es en el que más desciende el paro (476 parados menos) debido al inicio de la campaña estival, seguido por la Industria (159 menos) y la Construcción (135 parados menos).

El dato responde, claramente, al inicio de la campaña estival en la que, como todos los años, se produce un aumento de la contratación, especialmente en la hostelería riojana. Este descenso "da un respiro a 679 familias riojanas que obtendrán ingresos al menos hasta el final del verano, muchas de ellas en situaciones muy difíciles". Si bien, "resulta notablemente positivo que junio sea el tercer mes consecutivo con descenso de desempleo".

Así, La Rioja cuenta ahora con 988 parados más que el año pasado. Sin embargo, existen varios elementos que ensombrecen estas buenas cifras, como que por un lado, continúan descendiendo las cotizaciones a la Seguridad Social, elemento clave para valorar la situación real. Aunque el Servicio Riojano de Empleo sólo registra 988 parados más que en junio de 2012, los datos de la Seguridad Social reflejan que el número de cotizantes ha caído en 5.027 en el último año; lo que significa que hay miles de trabajadores en paro no inscritos en el desempleo.

Por otro lado, se ha reducido claramente el número de contrataciones. Este mes se han formalizado 591 contratos menos que en junio de 2012 y la inmensa mayoría temporales (solo el 5 por ciento son indefinidos). Es decir, se contrata menos y con peor calidad.

En resumen, al margen de estos últimos meses, la situación sigue siendo extrema debido a la falta de crédito de muchas empresas que son viables pero no reciben suficiente. Igualmente, la constante devaluación de salarios y pensiones siguen sin generar confianza entre los ciudadanos, lo que implica una contracción del consumo, menos demanda y menor producción.