El presidente de la Confederación Empresarial Vasca (Confebask), Miguel Ángel Lujua, ha reclamado "sensibilidad, cordura y también justicia" en la solución que la Comisión Europea adopte respecto a las ayudas fiscales concedidas al sector naval español mediante el 'tax lease'. Según ha advertido, en caso de confirmarse la decisión anunciada por el comisario Joaquín Almunia, "el daño que se infligiría sería irreparable" porque "hasta los astilleros más solventes y mejor gestionados quedarían heridos de muerte".

En un artículo colgado en su blog bajo el titulo "Sector naval, sensibilidad, cordura y ante todo justicia", Lujua se muestra convencido de que "si nada lo remedia", el 17 de julio el Colegio de Comisarios Europeos confirmará la decisión prevista sobre el expediente de investigación en relación al SEAF, "que pone la puntilla al sector naval español".

Según ha afirmado, "una vez más", ayudas concedidas al amparo de la Ley, "como también sucedió en el caso de los incentivos fiscales vascos", son consideradas ayudas de Estado "y como tales objeto de devolución". "Aunque ello suponga acabar con una industria emblemática que da sustento, directa o indirectamente, a 14.800 familias en el País Vasco y a 86.735 en España", añade.

A su juicio, la devolución de las ayudas fiscales concedidas mediante el 'tax lease' —casi 3.000 millones al sector naval español y unos 1.000 millones sólo al vasco— "supone, sin duda la peor de las noticias" para un sector "tan duramente castigado por la crisis y las sucesivas reconversiones".

Lujua ha recordado que el sector naval, además, ha sido "obligado a soportar durante estos últimos años una batalla judicial sin sentido, plagada de indefinición e incertidumbres".

"Es evidente que no todo vale, y que las leyes están para ser cumplidas, pero más allá de la posible responsabilidad de quien tenía la obligación de notificar las ayudas y no lo hizo o de los vericuetos y disquisiciones legales a que ello dé lugar, sigue sin ser de justicia que la víctima vuelva a ser el pagano", ha afirmado

También ha lamentado que "muchos años después" del establecimiento de la normas por las autoridades competentes, "las consecuencias de su aplicación recaigan sobre los hombros de las empresas, que se limitaron a acogerse a la legislación en vigor y no son culpables de nada". También ha considerado "injusto igualmente" que "ante situaciones similares las empresas españolas reciban, además, un trato discriminatorio respecto a las de otros países".

"heridos de muerte"

El máximo dirigente de la patronal vasca ha insistido en que, si finalmente se aprobara la devolución de las ayudas concedidas entre 2006 y 2012 bajo el 'tax lease', "el daño que se infligiría sería irreparable" porque "hasta los astilleros más solventes y mejor gestionados quedarían heridos de muerte".

"No en vano, se dirija la sanción contra quien se dirija, serán los astilleros quienes la sufran, bien porque existen cláusulas que les obligan a asumir los riesgos, bien porque una decisión de este calibre y la inseguridad jurídica que genera puede ahuyentar definitivamente a los inversores del negocio, derivándolos hacia la competencia asiática, ni siquiera hacia la de Holanda, país que impulsó la denuncia y que durante este tiempo se ha beneficiado de ella por la paralización de contratos en España", ha puntualizado.

Para Lujua, "lo que está ocurriendo en el sector naval, además de muy grave", deja "enseñanzas demoledoras", entre ellas, que "la confianza legítima y la seguridad jurídica siguen brillando por su ausencia en algunas resoluciones europeas".

Una segunda sería que "aun siendo todos miembros del mismo proyecto común", en la UE "unos países pesan más que otros tanto en su capacidad para imponer determinadas decisiones, como en las posibilidades de tener que asumirlas", en alusión a Francia, que en un procedimiento similar en 2005, no tuvo que abonar la sanción.

Para el presidente de Confebask, se demostraría también que "con el rigor que Europa se autoimpone en determinadas cuestiones", entre ellas "la política de austeridad sin crecimiento adoptada como estrategia frente a la crisis, no solo se hace daño a sí misma y al modelo que impulsa, sino que también deteriora su competitividad frente a otros con seguramente menos remilgos".

Por último, se constataría que, en el caso del sector naval, los "esfuerzos" realizados desde diferentes ámbitos para disponer de un nuevo esquema de financiación de activos "han sido en vano" y que, "por lo tanto, ni siquiera se conceden posibilidades de arreglar lo que pudiera haberse hecho mal".

Para Lujua, "en un sector de elevada capacidad tecnológica, de prestigio a nivel mundial, que exporta la práctica totalidad de lo que produce y que de disponer de las mismas condiciones sería tan competitivo como el resto", la solución adoptada "no puede ser la peor de las posibles", y ha considerado exigible "no solo sensibilidad y cordura, sino también justicia".

"La Naval, Zamakona, Murueta, Balenciaga y toda la industria auxiliar vasca que se mueve a su alrededor pagarán por una decisión que les ha sido ajena y cuya responsabilidad no debería tampoco serles atribuida", ha lamentado.

Por último, ha recordado que el sector naval "ha sido enseña de la economía vasca" y que, "aunque venido a menos, ha logrado sobrevivir trabajando su futuro con energía y determinación". "Un futuro que ahora quieren arrebatarle a su pesar y de la manera menos justificable", ha concluido.