C.PwC admite que Caixa Galicia estudió uniones con otras cajas, entre ellas Caja Madrid y Bancaja

Sostiene que la fusión con Caixanova, con los datos y las previsiones de 2009, "tenía visos de viabilidad"
Foto Pwc
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EUROPA PRESS/REMITIDO
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Los representantes de la auditora Price Waterhouse Coopers (PwC) han admitido este jueves que Caixa Galicia —entidad a la que auditaban— encargó en 2009 estudios sobre alternativas para ganar tamaño en el contexto de crisis, entre las que se encontraban operaciones de integración con cajas de "prácticamente toda la geografía" española, "también Caja Madrid y Bancaja".

El objetivo de estos análisis realizados un año antes de pactarse la fusión con Caixanova era, según uno de los representantes de PwC, José María Sanz Olmeda, era examinar las "alternativas", pero la empresa aditora no indicaba "cuál era mejor", sino que este era un asunto sobre el que la entidad "debía decidir por sí misma".

En su comparecencia ante la comisión de cajas del Parlamento de Galicia, en la que ha estado acompañado de José Wahnon Levy, que trabajó 25 años en la firma, Sanz ha indicado que estos estudios, denominados Proyecto Albariño, eran "ejercicios preliminares para tener un marco de decisión". Dentro de este proyecto se analizaba también una fusión con Caixanova.

Para desarrollarlos, ha indicado, PwC no tuvo contacto con la Xunta —"lo pidió Caixa Galicia, se habló con Caixa Galicia y se hizo con la información de Caixa Galicia", ha dicho—, ni se comunicó tampoco con Caixanova. De hecho, en el estudio sobre una posible fusión, que es de julio de 2009, se empleó la información pública de la caja con sede en Vigo.

Sanz Olmeda ha explicado que la petición por parte de Caixa Galicia respondió a "una clara necesidad del momento", en el que los márgenes "estaban sufriendo", en buena parte por las provisiones ante el deterioro de activos y "los retos de la entidad" la llevaron a considerar "operaciones corporativas". El Proyecto Albariño, contenía, ha resumido, "bastantes combinaciones".

Respecto al Proyecto Breogán, la situación es "diferente", puesto que se trataba de asesorar en la presentación de la fusión para que ésta obtuviese ayudas públicas.

Crisis y cambio normativo

Sanz Olmeda ha respondido a las preguntas de los grupos parlamentarios acerca de si fueron los cambios normativos los que llevaron al fracaso de la fusión y ha replicado: "si y no". "Las circunstancias económicas han obligado a cambiar la normativa", ha sostenido.

Además, se ha referido a que PwC auditó a Caixa Galicia hasta 2009, por lo que no dispone de información posterior —la caja fusionada pasó a ser auditada por la empresa que se encargaba de esto en Caixanova, Deloitte—, pero "en aquel momento" las circunstancias y las previsiones apuntaban a que la fusión "tenía visos de viabilidad".

En 2011 se elevaron los requerimientos de capital y en 2012 los de provisiones, lo que unido a la crisis, ha llevado a que la fusión "no haya fructificado". Además, ha argumentado que la recesión afectó tanto a cajas como a bancos, que también han "desaparecido o han sido absorbidos".

Los representantes de la auditora han defendido la labor en la certificación de las cuentas de Caixa Galicia y José Wahnon ha afirmado que "siempre" fueron "independientes". Además, ha indicado que se daban informes "detallados de la A a la Z" al Banco de España y que "nunca nadie" le dijo: "No puedes poner esto".

No obstante, tanto Wahnon como Sanz han admitido que no todas las cajas crecieron igual —han considerado "significativo" el incremento en el tamaño de Caixa Galicia entre 2004 y 2009— y el primero ha asegurado que "en el sector financiero han sufrido todos", pero "había quien estaba mejor pertrechado para una situación dramática".

Además, han sostenido que se ponía de manifiesto en el consejo de administración de la caja la magnitud de la expansión crediticia y la exposición al sector inmobiliario. De hecho, han indicado que el balance pasó de 28.000 a 46.0000 millones entre 2004 y 2009.

Preferentes y alta dirección

Sobre su participación en el proceso de arbitraje para los afectados por las preferentes, en el que PwC examina los casos para determinar los perfiles que se pueden acoger a esta vía, los representantes han defendido que ganaron el concurso para hacerlo.

Wahnon ha añadido que la traducción del nombre inglés de este tipo de productos, que lleva a denominarlos "preferentes" en castellano induce a pensar que lo son, cuando "es preferente solo" para no lograr el reintegro. Ha admitido que tras la colocación se produjo un momento en que estos productos salieron "por boca estrecha" provocando el "drama" actual, pero ha apuntado que no "avalaron" la comercialización.

En cuanto a los contratos de alta dirección, ambos han insistido en que conocieron los datos hasta 2009 y no opinan sobre si "son muchos o pocos", aunque analizaban la "razonabilidad". En cualquier caso, se han referido a que las cuantías totales aparecen en los informes públicos de Caixa Galicia.

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