El funeral laico está previsto para el domingo en la plaza de San Giovanni Bosco de Roma y el cuerpo, según era su deseo, será incinerado.
Mina Welby explicó, en una rueda de prensa, que había llamado a la parroquia Don Bosco, del barrio de Roma en el que vivió Welby desde 1961, para preguntar si era posible realizar los funerales el domingo por la mañana.
Sin embargo, explicó que un colaborador del párroco, Giovanni Nonne le indicó que "el Vicariato había dicho a la parroquia que estos funerales quedaban suspendidos (...) porque el caso es demasiado clamoroso en toda Italia".
La viuda de Welby agregó que la parroquia le había propuesto "hacer otra cosa, pienso que se trataría de una misa fúnebre pero sin la presencia del cadáver".
Mina Welby indicó que querían un funeral religioso para "dar consuelo a su madre y a otros parientes".
Piergiorgio Welby, de 60 años y enfermo de distrofia muscular progresiva, murió el pasado miércoles tal y como era su deseo después de que el médico Mario Riccio, previa sedación, le desconectara el ventilador pulmonar que le mantenía vivo.
La fiscalía ha abierto una investigación sobre el caso que, como ya sucediera en España con la muerte de Ramón Sampedro en 1997 o del vallisoletano Jorge León el pasado mes de mayo, ha reabierto el debate latente sobre la eutanasia y el suicidio asistido.
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