Un estudio coordinado por la investigadora de la Universidad de Navarra María Ángeles Sotés destaca que las Escuelas Taller de Navarra cumplen un triple objetivo con la población inmigrante: ofrecen formación, favorecen su inserción laboral y mejoran su integración social.

El objetivo del trabajo era delimitar el perfil del alumnado-trabajador inmigrante de las Escuelas Taller, identificar el estado actual de este tipo de formación para el empleo y abrir posibles líneas de mejora, según ha informado la Universidad en un comunicado.

El proyecto de investigación comenzó en el primer semestre de 2012 con una encuesta para obtener el perfil sociológico, educativo, laboral y de expectativas de futuro del alumnado-trabajador inmigrante de ocho Escuelas Taller, en la que participaron 110 personas -casi el cien por cien de los inmigrantes inscritos en estos centros-. Los resultados destacaron que la mayoría adquiere altas expectativas de encontrar un trabajo con la formación que recibe: el 42,7% responde 'sí, seguro' y el 44,5% responde 'supongo que sí'.

Asimismo, sobre las motivaciones por las que acuden a la Escuela Taller, se verificó que la mayoría (88,1%) refiere como primera motivación 'aprender una profesión' y el 46,9% refiere como segunda motivación 'hacer prácticas y acceder al mundo laboral'. También destaca la alta valoración que la gran mayoría de los encuestados otorga a sus formadores: el 74,3% dijo que lo que más valoraba de sus formadores era lo que aprendía de ellos en el ámbito profesional y el 25,7% lo que aprendía en el plano personal.

UN 31,62%

De población inmigrante

Desde 2004 hasta 2012 en las Escuelas Taller de Navarra había un 68,38% de alumnado-trabajador autóctono y un 31,62% inmigrante. "No estaban pensadas en sí mismas para la integración de personas inmigrantes. Pero es un hecho que por las edades que contemplan (16-25 años) y por el tipo de formación que ofrecen para personas desempleadas, la población inmigrante tiene una presencia significativa en sus programas", destaca María Ángeles Sotés.

En el estudio participan María Ángeles Sotés y Hildegart González, investigadoras del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) del centro académico; el profesor Fernando Echarri, trabajador de la Fundación Ilundáin, como colaborador externo del proyecto; y el doctorando Ernest Thera, que participó en la primera fase.

Recientemente se ha iniciado la segunda fase del estudio con un Focus Group en el que han participado los directores de cinco de las Escuelas Taller que forman parte del estudio: Juan Ignacio Barberena, Sergio Gil, Javier Goñi, Mertxe Pérez de Prado y Eduardo Sanz. Entre otros aspectos señalaron que un valor de las Escuelas Taller es que fomentan en el conjunto de su alumnado-trabajador hábitos laborales que les preparan para el trabajo más allá de la especialidad concreta que cursan, ha añadido la Universidad.

Al mismo tiempo, Fernando Echarri ha elaborado un estudio del caso en la Escuela Taller Ilundáin, donde tradicionalmente se ha trabajado con población de exclusión social o en riesgo. Los resultados revelan que a partir de la llegada de alumnado-trabajador inmigrante (2004) se ha producido una sinergia positiva en la interacción de los alumnos-trabajadores.

"La actitud de trabajo motivado de los inmigrantes produce un efecto positivo en sus compañeros no inmigrantes de Escuela Taller", afirma Fernando Echarri, resaltando que "aquellos a quienes más les cuesta trabajar se sienten más predispuestos a hacerlo, aumentando la eficiencia y la constancia".