El Consejo de Estudiantes de la UPV/EHU calcula que alrededor de 1.000 personas se quedaron sin beca en el curso 2012/2013, "sin tener en cuenta los estudiantes que desistieron de solicitar por el endurecimiento de los requisitos".

En un comunicado, el Consejo ha indicado que, "a pesar de empeorar las situación económica, el número de becas generales disminuyó en casi 500 becas, lo que supone alrededor de un 5 por ciento".

El Consejo ha recordado que el Departamento de Educación del anterior Gobierno vasco dirigido por Isabel Celaá, "endureció los requisitos para ahorrar, exigiendo medio punto más en máster (de 6 puntos a 6,5 puntos), y un 10 por ciento más de créditos superados en Grado".

Por último, han señalado que un apartado que se ha incrementado notablemente es el de aquellas solicitudes denegadas por obtener una titulación, incrementándose en un 45 por ciento.

En cuanto al nivel de concesión, el Consejo de Estudiantes de la UPV/EHU ha denunciado que los recortes "están suponiendo que el número de solicitantes disminuya, a pesar de que la economía familiar empeora".

Además, ha señalado que "supuso que este curso haya disminuido las concesiones un 10 por ciento en las becas generales" y "también se ha incrementado en un más de un 50 por ciento el número de becas de colaboración denegadas".

Tras indicar que los recortes en becas "han supuesto a las familias casi un millón de euros", han explicado que la subida de medio punto en el acceso de la beca a máster ha supuesto "que aumenten las denegaciones un 950 por ciento, pasando de la docena de denegaciones, a más de un centenar". El Consejo de Estudiantes calcula que este recorte ha supuesto a las familias de Euskadi alrededor de 200.000 euros.

Asimismo, han denunciado que el Departamento dirigido por Celaá "endureció un 10 por ciento el requisito del número de créditos superados en Grado", lo que supuso que el alumnado "debía superar un mayor número de créditos que hasta el momento". "Un cambio realizado con nocturnidad, ya que no se avisó al alumnado previamente, que ha supuesto que el número de estudiantes que han visto rechazada su beca aumente un 40 por ciento, por lo que el coste que han sufragado las familias rondaría los 600.000 euros".