Sancionado con 30.000 euros, 18 meses de cárcel y 3 años de inhabilitación un ganadero acusado de envenenamiento de aves

El ganadero de Siruela (Badajoz) acusado por el envenanamiento masivo de aves rapaces protegidas ocurrido en una finca de esta población en marzo del 2010 deberá pagar una indemnización de 30.000 euros. Además, ha sido condenado a 18 meses de cárcel y tres años de inhabilitación profesional.

El ganadero de Siruela (Badajoz) acusado por el envenanamiento masivo de aves rapaces protegidas ocurrido en una finca de esta población en marzo del 2010 deberá pagar una indemnización de 30.000 euros. Además, ha sido condenado a 18 meses de cárcel y tres años de inhabilitación profesional.

Así lo ha explicado el técnico del Área de Conservación de Especies de WWF Carlos Cano, asociación que se ha personado como acusación en este caso, el cual, finalmente, se ha resuelto sin celebrarse vista oral porque ha habido una "sentencia condenatoria por conformidad", ya que el ganadero "se ha reconocido culpable", ha matizado.

Cano, en declaraciones a Europa Press Televisión, ha valorado que es una "sanción ejemplarizante" y "una buena sentencia" que, además, "sirve también un poco para aviso a navegantes, para quien todavía no sabe que poner veneno es delito".

Según este miembro de WWF, el ganadero acusado "se quejaba porque tenía daños" en su explotación por carnívoros, por zorros, y lo que quieren trasladar desde su organización, "y esta sentencia es una muy buena ocasión" -ha remarcado-, es que "no es una solución el utilizar veneno" por las "consecuencias tan funestas para las especies" y "para el propio ganadero" porque se puede intoxicar y "le puede caer hasta pena de cárcel e indemnizaciones muy fuertes".

Así, ante la amenaza de carnívoros, Cano ha señalado que el ganadero debe tener "más presencia en la explotación en esa época o recurrir a la Administración" pero "en ningún caso recurrir a un método (el veneno) que es delictivo" y que es la "principal causa de mortalidad" en el alimoche y el buitre negro.

"Esto nos tiene que servir un poco para que la gente que está con estas ideas cambie un poco el chip", ha resaltado el técnico de WWF.

ANTECEDENTES

Este caso de envenenamiento de aves se produjo en marzo de 2010 y se localizó "por casualidad", ha explicado Cano, puesto que "dentro de un programa de seguimiento de la migración del alimoche", se comprobó que un ejemplar de esta especie que estaba provisto de un emisor satélite "daba señal de inmovilidad". Por ello, se acudió a la zona donde estaba y se encontró a este animal muerto junto a otros ejemplares de buitres y de especies amenazadas.

Fue entonces cuando WWF "denunció" lo ocurrido y acudieron al lugar agentes del Seprona. El alimoche provisto del emisor satélite estaba al lado de un cordero que "había servido como cebo envenenado" y "se comprobó que el veneno que había en los cebos era el mismo que había envenenado a los buitres", ha apuntado Cano.

Seguidamente "se inspeccionó el vehículo del ganadero que tenía las ovejas en esa zona y se encontró un recipiente con el mismo veneno" y fue cuando "el ganadero se reconoció culpable".

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