Fotos para vender un piso: mejor que no aparezcan mascotas

  • No todos los interesados transforman en valor la presencia de una mascota.
  • El 80% de las personas que ven una foto de la casa en venta con un perro recordarán al perro, pero no la vivienda donde lo vieron.
  • Los agentes inmobiliarios tratan de despersonalizar las viviendas para que el mayor número de posible de personas se sientan atraídas por esa casa.
Un gato y un perro descansan en una vivienda.
Un gato y un perro descansan en una vivienda.
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Un gato y un perro descansan en una vivienda.

Los "dueños" de mascotas solo pueden imaginar virtudes de su animal. O de otro modo, nuestra mascota es casi perfecta a nuestros ojos y por lo tanto (creemos) a ojos de cualquiera. Es lo que tiene el amor, que modifica nuestra percepción.

Aplicado al caso de nuestra vivienda, tampoco podemos imaginar que la presencia de nuestro animal de compañía pueda perjudicarnos. Pero puede ser el caso si lo que pretendemos es vender nuestra casa. En Estados Unidos, los datos aseguran que el hecho de que una mascota aparezca en las fotos de venta de una vivienda nos puede perjudicar.

Según un artículo publicado en The Wall Street Journal, de todas nuestras apreciadas posesiones hay una que no debe aparecer en las fotos que colocamos en el anuncio de venta de nuestra casa: nuestra mascota o mascotas.

Nicole Oge, responsable de marketing de Town Residencial, apunta una opinión y un dato. Un animal de compañía no va a ser transformado en valor por todos los que vean las fotos de esa vivienda. En pocas palabras: no a todo el mundo le gustan los animales.

Y el dato que aporta Oge, el 80% de las personas que vean una foto de la casa con un perro recordarán al perro, pero no la vivienda donde lo vieron.

A la hora de vender un piso, los agentes inmobiliarios tratan de despersonalizar las viviendas. La intención no es otra que el mayor número de posible de personas se sientan atraídas por esa casa. Y sin embargo, la presencia de una mascota –aunque solo sea en las fotos– personaliza demasiado la vida que se puede llevar en esa vivienda.

Más allá de personalizaciones está el hecho de que a algunas personas no les gustan los animales y prefieren, ya no vivir sin una mascota, sino también no habitar una casa donde ha habido un gato, un perro, un canario o una tortuga (algunas pueden dejar un olor característico que desagrada a algunos compradores).

Y no solo en las fotos. En el momento en que mostremos nuestra casa al hipotético comprador, mejor será que las mascotas no anden sueltas por la casa; podrían entorpecer la visita.

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