Si de gastronomía hablamos, la palabra Salamanca sabe a jamón. El Jamón Ibérico de Guijuelo es el icono por excelencia de la riqueza gastronómica de tierras salmantinas. Y es que Salamanca mima a sus cerdos, y no solo para elaborar jamón.
La Denominación de Origen Guijuelo se caracteriza por una situación geográfica particular a 1.010 metros sobre el nivel del mar, con clima continental. Además, en las dehesas salmantinas se cruzan los vientos del norte (que enfrían el ambiente), los del este-noreste (que aumentan la nubosidad y las nieblas), los del sur (que generan precipitaciones) y los del oeste (que alejan las nieblas).
Pero como en tantas rincones de España, "del cerdo gustan hasta sus andares". Y con el cerdo se elaboran en estas tierras, además de excelentes jamones, también chorizos, salchichas o lomo embuchado. También con cerdo se hace el humilde farinato, una mezcla de cerdo, migas de pan, cebolla, huevos, aceite de oliva y harina.
Ya se ha dicho, el cerdo aparece en la mayoría de las recetas salmantinas. Pero en esta zona de interior, de clima frío y seco, hay más carne: cabrito, cordero, lechón, tostón, cochinillo y carne de vacuno. Con todas ellas se elabora una cocina tradicional y sencilla, como la que se hace con las lentejas de la Armuña.
También, por ejemplo, el calderillo bejarano (preparado con carne de ternera y patatas aderezadas con pimentón y guindilla) o la chanfaina (arroz que se prepara añadiéndole carne de cerdo como callos o menudillos, cordero y chorizo). También el hornazo lleva cerdo, ya que es una empanada rellena con chorizo, jamón, tocino, huevos y carne.
Como mejor se degusta un buen jamón de Guijuelo o las recetas apuntadas es con una copa de vino en la mano. En Salamanca podemos descubrir los vinos de la Sierra, los de Sotoserrano y los tintos de la comarca de las Arribes del Duero.
Para dar el punto final a una jornada gastronómica en Salamanca, algún dulce. Desde el chocho (dulce anisado) o el bollo maimón (bizcocho) al turrón de la Alberca o los sacatrapos, pasando por los huesillos de Béjar, las perronillas, los repelados, los hojaldres de Ledesma o los obispos de Yeltes. Está claro, hay donde elegir.
Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!
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