Los dos profesores aseguraron en la vista celebrada ayer que Mendoza les hizo mobbing porque ellos le habían puesto un seis a uno de sus hijos en un examen, suspendieron a otro alumno por faltas de ortografía y se habían negado a dar el visto bueno al doctorado de un alto cargo de la iglesia de Castellón al que Mendoza ayudaba a acortar los plazos para conseguir el título.
Según su relato, después de estos tres incidentes, ningún profesor se les acercaba en los pasillos por miedo a que Mendoza los señalara como masones. La persecución, dicen, derivó en depresión.
Al juicio, los dos demandantes llevaron como testigos a otros dos ex docentes de la UCAM, uno de ellos ex vicerrector.
La defensa asegura que los demandantes querían marcharse a Granada y por eso montaron «una estrategia de bajas para que les despidieran y para desprestigiar a la UCAM ante los medios».
Por su parte, el fiscal ha dicho que no están acreditadas las circunstancias del mobbing. El juicio quedó ayer visto para sentencia.
«En la UCAM no hay cámaras»
Tranquilo y confiado en su inocencia, así se mostró ayer José Luis Mendoza, presidente de la Universidad Católica, que aseguró a 20 minutos que «es totalmente falso que en la UCAM haya instaladas cámaras de vídeo en los pasillos para vigilar a los profesores. Sólo hay unas exteriores. En la Universidad hay cerca de 600 trabajadores. No tengo otra cosa que hacer que acosar a dos profesores», ironizó José Luis Mendoza, que fue nombrado asesor del Papa Juan Pablo II en temas de familia.
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