Nació en Leicester (Inglaterra) en 1941. Estudió Derecho en Cambridge antes de dedicarse al teatro. Es muy ácido e irónico.

¿Qué quería contar en la película?

Es una descripción de mi país, en el que tenemos una familia real muy ridícula y patética, aunque sentimos una gran simpatía por la Reina.

¿Cómo consigue el equilibrio para hablar de la Reina sin herir sensibilidades?

Ha llevado tiempo (sonríe)...

¿La conoce personalmente?

No. Me he basado en una suposición, pero la verdad es que nadie ha dicho que estuviera equivocado... (risas).

La película hace la biografía de la Reina en un momento muy trágico de la corona –la muerte de Lady Di–...

No quería hacer una película aburrida... Ella no lleva una vida muy interesante, mi vida es mucho más interesante.

¿Qué tal es dirigir a Hellen Mirren?

Es brillante trabajar con ella, pero en Inglaterra hay muchas actrices maravillosas.

Michael Sheen hace de Tony Blair. ¿Cree que el auténtico Blair es tan cercano?

Blair es un enigma incomprensible. Aunque creo que es inteligente, no tengo ni idea de por qué invadió Irak. Su vida es la tragedia de un hombre que ganó las elecciones y que después no tuvo ni idea de qué hacer con su poder.

Qué me dice de Cherie Blair.

Es una abogada de derechos humanos cuyo marido se dedica a destruir los derechos humanos de los británicos.

¿Tiene la prensa tanta importancia como para que el poder se preocupe?

Sí, lo primero que hizo Blair cuando se convirtió en primer ministro fue ir a ver a Rupert Murdoch (director de News Corporation, que controla The Times y The Sun).

¿Tuvo restricciones a la hora de tratar los personajes?

En mi país todos hacen chistes de la familia real. Lo inusual de este filme es que se los toma en serio. Eso es radical.