Tres años después de la publicación de su disco anterior, el cantautor granadino José Ignacio Lapido regresa con nuevo trabajo —Formas de matar el tiempo—, un "acto lleno de esperanza"... y desesperanza. Lo presentará próximamente en tres ciudades españolas.

Sale muy serio en las fotos promocionales. ¿La situación no está para reír o es una cuestión de gustos?

Ambas cosas. Es evidente que la realidad que nos rodea se describe mejor con un lamento que con una sonrisa. Pero lo de las fotos viene de lejos. Cuando me hicieron las fotos de la primera comunión ya salía serio.

 Tiene desde hace tiempo el favor de la prensa especializada, pero el gran público se le resiste. ¿Quién se equivoca?

No hay por qué hablar de equivocación. El juicio sobre una obra artística siempre está teñido de subjetivismo. Digamos que el gusto mayoritario va por otros derroteros que poco o nada tienen que ver con mi música. Las buenas críticas se agradecen, lo mismo que se agradece que haya unos seguidores, quizá no muy numerosos pero sí muy fieles, que desde hace años me permiten seguir sacando discos y dando conciertos.

Numerosos críticos coinciden en que ha mantenido la línea estilística de discos anteriores. ¿Se han perdido algo?

Es cierto. No soy de dar bandazos estilísticos porque la música que me gusta y que yo practico viene de una tradición muy antigua. Lo honesto es reconocerlo. Eso no quita para que en cada disco haya matices distintos. Hay muchos que van por ahí de innovadores  y en realidad son los nuevos descubridores del 'Mediterráneo'. Mi reto es hacer cada vez mejores canciones.

Algunas de sus canciones suenan a esperanza en medio de la desesperanza. ¿Así es su debate interno?

Creo que en los momentos de mayor abatimiento se hace imprescindible atisbar una pequeña luz por la rendija de una puerta, si no nos vendríamos abajo definitivamente. En alguna de mis canciones esa pequeña luz aparece en breves destellos. Frases, estribillos o palabras sueltas... El mismo hecho de grabar un disco es de por sí un acto práctico de esperanza.

"La vida es puro delirio, nunca nos dan a elegir", canta. ¿Se necesita un 'escrache' musical?

Pues no sabría decirle. Lo que sí sé es que ese verso continua así: "Mañana la gloria, hoy el martirio, la Historia se escribe así: piedras , puñales y tiros."

¿De qué se siente más orgulloso respecto a este disco?

Para qué vamos a ser modestos... me gusta todo: las canciones, los arreglos musicales, la portada... Si se pudiera comer seguro que hasta sabría bien.

¿Ha encontrado en la autoproducción una salida?

Empecé en 2005 a autogestionar mi carrera discográfica. Para mí, Pentatonia Records ha resultado ser una tabla de salvación. No había ningún sello interesado en editar mis discos. Ahora eso no me preocupa, lo hago por mi cuenta y tan contento. Es más, creo que desaparecerán antes algunos grandes sellos que Pentatonia.

Hace un tiempo preconizaba la desaparición del disco y veía la realidad de los músicos "plagada de dificultades". ¿La realidad actual es aún peor?

Los discos, efectivamente, más pronto que tarde van a ser objeto de coleccionistas. No hay industria que resista tantos años una bajada de ventas continua. Las cantidades que se venden en España de un lanzamiento hacen prácticamente imposible su rentabilidad económica. Pero todo tiene sus consecuencias. Se va a desprofesionalizar esto, sobre todo en los oficios que lleva aparejada la grabación y edición de un disco: diseñadores, fotógrafos, técnicos de sonido, músicos de sesión, arreglistas... no hay márgenes comerciales para pagarles. Un desastre.

Ha trabajado como guionista de telenovelas. Ante tanta intensidad, ¿un poco de frivolidad no le viene mal a nadie?

Mi trabajo en la serie para la que escribía era hacer feliz a la gente con un poco de entretenimiento. Me pagaban por ello y ese dinero me servía para pagar las facturas y para financiar mis discos.

¿Todavía le piden la reunificación de 091?

Sí, lo hacen continuamente, en todos los sitios donde voy a tocar. Se ve que 091 dejamos un buen recuerdo en la mente de mucha gente. Lo curioso es que en su momento no fuimos una banda de éxito. No sé... creo que tenemos más seguidores después de muertos... es una auténtico caso de triunfo post mortem. En fin, qué se le va a hacer. Yo, aunque quede poco trascendental, preferiría que la gente me hiciera caso ahora que estoy en activo y que no esperaran a reivindicarme cuando sea fiambre.

Nació en Granada en 1962. Su primera gran aventura musical fue con el conocido grupo 091, al que perteneció durante más de una década, hasta finales de los 90. Tras un paréntesis en el que compone canciones para otros artistas como Amparo Sánchez, M-Clan o Los Hermanos Dalton, y escribe música para teatro y bandas sonoras de cortometrajes, comienza una carrera en solitario que se extiende hasta nuestros días y que ya cuenta con siete discos.

José Ignacio Lapido actuará el 31 de mayo en Madrid (Sala Caracol), el 7 de junio en Bilbao (Sala Azkena) y el 8 de junio de Valladolid (Sala Porta Caeli).

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