El doctor Luis Felipe Capote, que trabajó como patólogo en la Clínica de Santa Cristina entre 1973 y 1985, ha ratificado este lunes ante el juez los informes sobre las autopsias de dos gemelas que nacieron de forma prematura en esa maternidad en 1981 y que "fallecieron después del parto por accidentes hemorrágicos".

Capote ha declarado durante casi una hora como testigo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 50 de Madrid, Esteban Vega, a raíz de la denuncia presentada por Purificación Betegón por la presunta desaparición de dos gemelas que alumbró el 23 de febrero de 1981 en la Clínica de Santa Cristina, dentro de la causa de los bebés robados.

El magistrado también ha interrogado durante una hora a la doctora Teresa Gallardo como testigo y durante dos horas al jefe del servicio de Neonatología, Ceferino de la Calle, como imputado, tras la suspensión de las declaraciones de otros dos facultativos imputados, el director de la Clínica de Santa Cristina, José Zamarriego, y el jefe del Departamento de Neonatología, Ignacio Villa.

"Yo vi los cadáveres de esas niñas e hice las autopsias de ambas", ha dicho el doctor Capote, quien ha precisado que las gemelas murieron en distintos momentos, una un día y otra al día siguiente, ambas prematuras, con un peso de 1.300 gramos y 900 gramos, "una situación de riesgo muy grande".

El facultativo ha reconocido en declaraciones a los medios que los informes son suyos, por su "estilo" y por "la máquina de escribir" con la que fueron elaborados.

"Yo no conocía a ninguna sor María", ha subrayado el doctor Capote, antes de afirmar que "se rumoreaba que había una hermana que se dedicaba a buscarles padres adoptivos a aquellos bebés que las madres no querían tener, por la razón que fuera", pero nunca supo que se hubiera cometido ningún delito.

El letrado de la denunciante, Alipio Barbero, ha destacado que la falsedad documental en este caso es evidente, al considerar que es el medio para cometer otro delito superior, que es la sustracción de menores y la detención ilegal.

Por su parte, la doctora Teresa Gallardo, que trabajó en la Clínica Santa Cristina como médica interna residente entre 1977 y 1981, ha indicado también a los periodistas que asistió a la demandante en el parto de dos gemelas, una de las cuales nació en peores condiciones por bajo peso.

El protocolo de actuación de Santa Cristina, que dependía del Ministerio de Educación y Ciencia, según Gallardo, era que cuando una madre iba a dar a su hijo en adopción, se la anestesiaba para que no oyera el llanto del niño, los médicos internos residentes atendían el parto y había que avisar a sor María.

La doctora Gallardo ha detallado que, en la documentación de las madres que iban a dar a sus hijos en adopción, había una nota que ponía "avisar a sor María" y ha agregado que conocía de vista a la religiosa María Gómez Valbuena que trabajaba como asistente social en la maternidad.

"Nunca vimos nada raro. En aquel momento no había ley del aborto, ni centros de planificación familiar, ni clínicas de reproducción asistida, sino había pacientes que querían dar a sus hijos en adopción", ha resaltado la doctora Gallardo.

Para Barbero, la doctora Gallardo ha aclarado que las niñas "sin duda" venían para la adopción, de acuerdo con la operativa interna del centro, aunque la denunciante nunca había pensado en ello.

También ha declarado ante el juez el jefe del Departamento de Neonatología, Ceferino de la Calle, quien ni siquiera ha sido capaz de identificar a los médicos de su Departamento y ha mostrado "un desconocimiento total y absoluto" de los documentos donde aparece su nombre y el de otras personas, según fuentes jurídicas.

Al término de las declaraciones, Purificación Betegón se ha mostrado tranquila, contenta y relajada a las puertas de la sede de los Juzgados.

Ha recordado que ingresó en la Clínica Santa Cristina el 12 de febrero de 1981, se puso de parto el 23 de febrero y, después de dar a luz, un camillero le dijo que había tenido "dos niñas preciosas".

Cuando ella preguntó por las pequeñas, le dijeron que eran para la adopción, aunque a ella "jamás" se le había pasado por la cabeza esta posibilidad.

Ha remarcado que vio a sor María por primera vez después del nacimiento de las niñas, cuando la monja le preguntó cómo iba a criar a dos pequeñas, teniendo un hijo y siendo madre soltera, a lo que ella contestó que éste era un problema suyo.

A las puertas de la sede de los Juzgados de la Plaza de Castilla, se han concentrado una veintena de madres de niños que fueron robados al nacer en apoyo de Purificación Betegón.