La Fiscalía reduce la pena de 54 a 52 años al profesor acusado de abusar de diez niñas

R.A.M. ha empleado el derecho a última palabra para indicar las "contradicciones" que ha observado en el juicio
El profesor acusado de abusos sexuales a 10 niñas en el juicio
El profesor acusado de abusos sexuales a 10 niñas en el juicio
EUROPA PRESS
El profesor acusado de abusos sexuales a 10 niñas en el juicio

La Fiscalía ha reducido su petición de pena de 54 a 52 años de prisión para el profesor acusado de abusos sexuales a diez niñas en el colegio Simón Cabarga de Santander, que este jueves ha usado del derecho a última palabra para indicar las "contradicciones" que ha observado en el juicio.

La reducción de pena se debe a que la fiscal ha considerado, tras escuchar las declaraciones de las niñas, peritos y testigos, que los delitos de abusos sexuales continuados son seis y no siete (seis años de prisión), siendo por ello cuatro los delitos de abusos sexuales (cuatro años de prisión).

En la tercera y última sesión del juicio, que se ha celebrado desde el pasado martes la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria y que ha quedado visto para sentencia, la fiscal ha afirmado que los hechos están acreditados por los relatos "pétreos" de las menores.

Asimismo, la fiscal ha destacado la "serenidad y frialdad" del acusado, R.A.M., que, a su juicio, ha tratado de "justificar lo ilógico de su versión", ofreciendo, a su juicio, una "explicación incoherente" sobre los motivos por los que subía a las niñas, a algunas de "manera asidua", al aula de ordenadores.

Para ello, cree que R.A.M. se valía de sus "conocimientos psicopedagógicos y el ser más amigo que profesor" para llevarles al aula con "el atractivo de jugar al ordenador". Según la fiscal, allí, él tenía "un dominio completo" de las niñas, que fueron "víctimas de abusos diferentes" según la edad.

En este sentido, la fiscal ha indicado que el acusado tocaba con "más intensidad" y con carácter "más sexual y agresivo" a las pequeñas porque "no entendían" la situación, mientras que los tocamientos a las mayores era "menos explícitos" porque éstas estaban "más desarrolladas intelectualmente".

VEROSIMILITUD

La Fiscalía ha dado "verosimilitud" a las niñas y ha ensalzado sus declaraciones "ingenuas y cándidas", así como la "espontaneidad y expresividad" de algunas de ellas. También ha apuntado a que los tocamientos generaban en ellas "sensaciones extrañas y desagradables" lo que garantizaba al acusado "su sensación de impunidad y de que no iban a decir nada".

Por ello, ha solicitado el agravante de prevalimiento debido a la "superioridad" con la que actuaba R.A.M. que, según ha expuesto, le permitía tener "un absoluto dominio de la situación, el tiempo, los espacios y la selección de las niñas, que además no tenían capacidad de reacción".

Al ser el acusado funcionario público, también ha pedido la "inhabilitación absoluta" para ejercer como docente y la responsabilidad civil subsidiaria del Gobierno regional en las indemnizaciones, que ha situado en 6.000 euros para las seis niñas víctimas de abusos continuados y en 2.000 para las cuatro que, a su juicio, sólo padecieron en una ocasión.

Once niñas

Esta parte pide así la condena de este profesor por diez delitos de abusos, pero hay una niña más, que, aunque también ha ejercido la acusación particular no ha sido incluida en el escrito de la Fiscalía.

Esta niña, que tiene un trastorno grave del lenguaje que le impide verbalizar y además sufre un síndrome en el sistema inmunológico, fue supuestamente sometida por el docente en varias ocasiones, entre enero y junio de 2011.

Durante el curso 2010-2011, en el que sucedieron los hechos, padeció vulvitis, dermatitis en la zona perianal, una fisura anal y una distensión del esfínter.

Su abogada ha reclamado a la Fiscalía que incluya a esta menor en su acusación porque, según ha dicho, de no ser así le dejará "indefensa y desprotegida".

La letrada ha solicitado que se condene a R.A.M. por haber abusado de esta menor de forma continuada y también ha pedido la responsabilidad subsidiaria del Ejecutivo regional.

Otras niñas y la encargada del comedor han corroborado que "subía habitualmente" a las clases de apoyo de inglés que daba el docente, a pesar de que esta niña no cursaba inglés por su problema con el lenguaje.

Por otro lado, el resto de acusaciones particulares (cuatro) han considerado probados los hechos por la "verosimilitud" de las declaraciones de las menores que, en su opinión, también han quedado demostradas con los "informes contundentes" de los peritos que han descrito las lesiones físicas y psíquicas de éstas.

Dos de ellas han solicitado diez años de libertad vigilada para R.A.M. después de que cumpla la condena que la sala de la Sección Primera le imponga y todas han pedido la responsabilidad subsidiaria del Gobierno de Cantabria, mientras que la defensa del Ejecutivo ha calificado de "sin fundamentos" esa petición.

Además, los letrados de las acusaciones creen que el imputado ha tratado de "agarrarse a un clavo ardiendo" diciendo que "todo ha sido un complot" de las menores de quinto de Primaria, a las que ha descrito como "malvadas, maquiavélicas y sin escrúpulos".

"hechos horribles y deleznables"

También han señalado que cada niña "ha contado su historia y el calvario por el que R.A.M. le ha hecho pasar", por lo que sus relatos "merecen toda la credibilidad", al igual que el de la directora del colegio de Valdeolea (Mataporquera), en cuyo centro este docente ya mostró "la misma forma de conducirse" ya que allí una niña sufrió tocamientos y varios menores manifestaron que "era un cerdo y que les tocaba la barriga, el culo y más abajo".

Libre absolución

Mientras, la defensa del imputado ha pedido la libre absolución al considerar "insuficiente" la prueba practicada que, en su opinión, "no deja acreditados los abusos". Además ha manifestado que algunas de las declaraciones de las niñas le han dejado la "sensación" de que lo que les hizo este profesor "no ha sido para tanto".

Asimismo, ha opinado que "la exageración ha sido el detonante y el denominador común" de todos los relatos de las menores, de lo que ha opinado cosas como "se ha apuntado al carro de que el profe es un sobón", "es un testimonio exagerado y fantasioso", "no es una declaración contundente" o "es poco creíble".

Se ha centrado en la primera menor que denunció, a partir de la que comenzó el "maremagnum de denuncias", y ha afirmado que su declaración ha sido "tan convincente como estudiada" ya que lo contó todo "perfectamente" y "muy bien explicado". "Yo la escuchaba y me parecía verosímil, pero su frialdad me hace pensar que no es verdad lo que cuenta", ha apostillado.

A su juicio, la declaración de esta niña "deja la puerta abierta" a la teoría del acusado de que "sea un complot" de las menores y ha considerado que "no es una locura pensar en una confabulación" porque "hay niñas para todo".

También ha defendido el relato de R.A.M. de que sólo les tocaba los hombros o les daba la mano para felicitarles por el trabajo bien hecho diciendo que las menores podían pensar que "era un sobón", pero "ser un sobón no es ser abusador", ha dicho.

última palabra

En su última palabra y durante diez minutos, el acusado ha reiterado que "nunca dijo" que "sí" subiesen niñas y "no" niños y ha considerado que, durante el juicio, se han sucedido "incoherencias tremendas" y temas que "han quedado en el aire", las cuales ha relatado hasta que el juez le ha llamado la atención por volver a repetir lo que ya dijo en su declaración.

Además, ha insistido en que "fueron las niñas" quienes le "pedían subir" pero que él en ningún momento pretendió dar clases ni de apoyo ni de refuerzo porque "sólo quería estudiar" y después "salir y tomar café".

También ha dicho "yo no cojo a una persona por el cuello y le digo venga para arriba que voy a abusar de ti", refiriéndose al relato de una menor. Asimismo ha negado que las gritará porque su "forma de ser no es ni castigar ni chillar".

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