Una exposición traza la historia de la relación entre videoarte y música pop

  • La exposición 'This is not a love song', que permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre, muestra la obra de 50 artistas en el Palau de la Virreina de Barcelona.
  • Entre los trabajos expuestos destacan los de Andy Warhol, Candice Breitz, Ronald Nameth, Douglas Gordon o Dan  Graham, entre otros.
Cartel de la exposición 'This is not a love song'.
Cartel de la exposición 'This is not a love song'.
La Virreina
Cartel de la exposición 'This is not a love song'.

Obras de 50 artistas, entre ellos Andy Warhol, Dan Graham, Tony Oursler o Candice Breitz, se exhiben desde este martes en el Palau de la Virreina de Barcelona en la exposición This is not a love Song, que recorre las relaciones entre la videocreación y la música pop desde los años 60 a la actualidad.

La muestra, abierta al público hasta el 29 de septiembre y enmarcada en los festivales LOOP y Primavera Sound, traza una genealogía de las relaciones entre el pop y los videoartistas, poniendo énfasis en aquellos momentos en los que ambas manifestaciones se retroalimentaron y se movieron en el territorio de la experimentación, la utopía o la incorrección política.

Javier Panera, comisario de la exposición, ha explicado que, a partir de los años 60, nos encontramos con la primera generación de artistas educados desde niños con la música pop, que han visto y escuchado en la televisión la música de Elvis Presley o los Beatles.

Las historias del arte académicas, lamenta Panera, tienen tendencia a contar "una historia del arte muda, como si no hubiera ruido de fondo" y "se olvidan de las relaciones de Toulouse-Lautrec en el siglo XIX con la música de cabaré, de Kandinsky con Shönberg o de Pollock con el 'free jazz'".

También se desconoce que músicos tan significativos como John Lennon, David Bowie, Pete Townshend, Syd Barret, Brian Eno, David Byrne, Laurie Anderson o miembros de bandas más recientes como Sonic Youth, REM, Blur, Franz Ferdinand o The Kills, "se formaron en escuelas de arte, antes de dedicarse profesionalmente a la música".

Para el comisario, el rock, "un género híbrido por excelencia", se perfila, mucho antes que las artes visuales, como "el primer movimiento cultural posmoderno, en el que se dinamitan las barreras entre la alta y la baja cultura, el escenario y la vida cotidiana".

En una primera parte, la exposición reúne más de treinta piezas destacadas de la historia del videoarte y el cine experimental desde los años 60 hasta 2013, que se relacionan formalmente o conceptualmente con las iconografías del pop y el rock.

En diversos espacios se pueden contemplar trabajo de artistas pioneros del arte pop y el videoarte, como Warhol, Ronald Nameth, Jud Yalkut o Eric Siegel.

El punto de partida es la instalación Andy Warhol's Exploding Plastic Inevitable, que se exhibe por primera vez en España y recrea los primeros conciertos de la banda The Velvet Underground.

Obras de Douglas Gordon, Tony Oursler, Laurence P. Berger y Largen & Bread, y, sobre todo, la pieza Rock my Religion, de Dan Graham, ilustran el fracaso de las utopías y los componentes alienantes del rock.

Las paradójicas relaciones del rock con el arte conceptual y los nuevos comportamientos artísticos como la "performance" se evocan a partir de obras de Vito Acconci, John Baldessari, Douglas Gordon, Tony Oursler y José Iges, que, en palabras del comisario, "desmitifican a las estrellas del rock y parodian sus estereotipos".

En esta primera parte, también se analiza la relación entre rock y posmodernidad: "Tanto el artista plástico como los músicos actuales utilizan estrategias de reutilización, apropiación, versión, remezcla u otras opciones de postproducción, como si fueran DJ's". Es el caso de instalaciones inéditas en España como las de Candice Breitz o Langer & Bread.

El recorrido concluye con los vínculos entre la política y la música de baile, una sección que evoca el poder emancipador de esa música, con obras de Jeremy Deller, Charlie Case, John Di Stefano o Adrian Piper.

La segunda parte de la exposición, titulada Música para tus ojos. Artes visuales y estética del videoclip es, en palabras del comisario, una genealogía del videoclip, con más de 100 piezas de la historia del vídeo musical, desde uno de The Kinks de 1975, dirigido por el propio líder del grupo, Ray Davies, hasta otro de Tony Ousler, hecho para el último trabajo de David Bowie.

En paralelo, La Virreina muestra trabajos de videocreación de artistas contemporáneos que desde la década de los años 80 han hecho suya la estética del videoclip y deconstruyen los estereotipos audiovisuales que propugnan cadenas como MTV, como sucede con vídeos de Joseph Beuys, John Sanborn, Pipilotti Rist, Charles Atlas, Olaf Breuning, Cheryl Donegan, Joan Morey o Santiago Sierra.

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