Parientes y amigos de la mujer acuchillada por su marido en Alicante han asegurado este martes en la Audiencia de Alicante que la fallecida vivía con "mucho miedo" bajo las "constantes" amenazas de muerte de su pareja, una persona que han definido como "agresiva" y "celosa", que se negaba a aceptar la separación del matrimonio.

En la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra desde el lunes en la Audiencia Provincial de Alicante, han prestado declaración en calidad de testigos varios allegados de la víctima y del procesado que estuvieron con ellos en los días y meses previos al crimen, ocurrido el 4 de junio de 2012 en una vivienda de la ciudad de Alicante.

La hermana de la víctima, notablemente afectada, ha relatado que la víctima estaba "atemorizada" por las amenazas de muerte de su marido, quien la "tenía hecha un vegetal, la humillaba y maltrataba psicológicamente" desde el año 2011. "Le decía: si me engañas o me dejas, te mato, te voy a echar ácido por la cara, te voy a cortar la cabeza", ha recordado, para asegurar que con esas amenazas su hermana "ya no vivía tranquila".

Además, tanto la hermana como una amiga cercana han asegurado que "es completamente falso" que la víctima tuviera relaciones extramatrimoniales ni que sus hijos fueran de otro hombre, tal y como mantuvo este lunes el acusado, quien declaró en el juicio que la había acuchillado "en un momento de ofuscación" tras decirle ella que le engañaba y que sus hijos eran de "otro hombre".

Pese a la determinación de la víctima de separarse debido "al infierno que se vivía en casa seis de cada siete días", según han explicado ambas, poco antes del crimen el procesado consiguió "manipularla de nuevo y convencerla para que le dejara volver a casa, diciéndole que la quería y que iba a cambiar".

Para ello, ha recordado que dos días antes del crimen, el procesado ingirió una sobredosis de medicamentos con la supuesta intención de quitarse la vida, lo que llevó a su mujer a acogerlo de nuevo en el domicilio familiar "por el bien de los hijos", sin llegar a retomar la relación sentimental.

"otra oportunidad porque era un ángel"

"Me dijo que le había pedido de rodillas otra oportunidad, y que se la iba a dar porque era un ángel, pero yo le insistí en que lo dejara porque era un demonio", ha recordado la hermana, quien ha explicado que la víctima deseaba seguir adelante con el divorcio "pero, por sus hijos y por miedo a su marido, decidió llevarlo a cabo en los mejores términos posibles".

Los allegados a la pareja se han referido también a la decisión de la mujer de no declarar contra él en el proceso abierto a principios de mayo por amenazas y malos tratos en el ámbito familiar. La hermana ha declarado que la familia del acusado amenazó a la víctima y a sus padres en Rumanía para conseguir que retirara la denuncia, e incluso en la misma puerta del juzgado el marido personalmente le rogó que "no lo metiera en la cárcel".

A este respecto, el cuñado del procesado —casado con la hermana del procesado— ha explicado que medió para que ella "retirara la denuncia e hicieran las cosas bien", ha indicado. En sus intentos por conseguir que la pareja llegara a un acuerdo amistoso, ha declarado el acusado le confesó que "llevaba seis meses machacando a su mujer", y ella le trasladó que "estaba harta y quería separarse".

"como el que ha perdido una bicicleta"

En la vista oral celebrada este martes también han declarado los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que atendieron al procesado cuando, tras el crimen, acudió a entregarse voluntariamente a la Comisaría centro de Alicante.

"Me impresionó que estaba totalmente tranquilo cuando llegó, vino como el que va a denunciar que ha perdido una bicicleta", ha comentado la agente que lo atendió nada más llegar a la comisaría, quien ha recordado que "sus ropas y sus manos no estaban manchadas de sangre".

Sus compañeros del cuerpo armado también han coincidido en destacar lo "frío, íntegro y sereno" de su comportamiento, al explicar a los agentes presentes que "acababa de matar a su mujer", y han asegurado que no mostró "nada de arrepentimiento" cuando se entregó a la policía.