Esta primavera nos altera más: los cambios bruscos de tiempo pueden acentuar la depresión

  • Esta climatología tan variable obliga al cerebro a "reajustarse".
  • En primavera y verano estamos más alterados por la luz, un gran estimulante cerebral.
  • Tristeza y ansiedad son normales, siempre y cuando no excedan de los 10 días.
Tormenta de nieve en la Plaza del Torico en Teruel.
Tormenta de nieve en la Plaza del Torico en Teruel.
Antonio Garcia / EFE
Tormenta de nieve en la Plaza del Torico en Teruel.

Este mayo tan poco "florido y hermoso" tiene disgustados a muchos. La primavera es así. Pero más allá de si el frío de estos días es normal, lo que sí se demuestra es lo influenciables que somos por cosas como el tiempo. Tanto, que a muchos estos cambios bruscos les pueden acentuar su tendencia a deprimirse.

Estos cambios de tiempo "obligan" al cerebro a "reajustarse". Lo asegura el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), José Antonio López Rodríguez, quien afirma que esta climatología tan variable puede hacer que aquellas personas aquejadas por algún tipo de trastorno mental como depresión o ansiedad, sufran recaídas o acentúen sus episodios de crisis.

"En primavera, nuestro cerebro se expone a una mayor cantidad de luz. Pasamos del invierno oscuro, lluvioso y lúgubre a una explosión de luz y de color, de olores que, como norma general, provocan trastornos en todo el organismo", explica el doctor.

Esto hace que sea la estación en la que también se den más casos de problemas digestivos, gastritis o alergias, "por lo que no es de extrañar que el órgano más fundamental de nuestro cuerpo, el cerebro, también se vea trastocado".

Prueba de esta desestabilización son las alteraciones en el sueño, un cansancio físico mayor de lo habitual y la irritabilidad. Sin embargo, explica el doctor José Antonio López Rodríguez, "no a todos nos afectan por igual estos cambios".

Más y menos propensos

Existe un grupo de riesgo más propenso a ser afectado por los cambios de temperatura. "Aquellos que ya en otras estaciones y fundamentalmente en otras primaveras han sufrido baches e incluso en desencadenamiento de otros trastornos ya existentes".

El único consejo posible para prevenir este tipo de recaídas pasa por "conocerse a uno mismo bien", afirma el doctor López Rodriguez. "En la sociedad actual en la que vivimos, nos movemos tan rápido que hemos perdido la capacidad de conocernos a nosotros mismos, de pararnos un minuto y saber qué nos afecta y por qué".

La tristeza, la ansiedad o el cansancio propios de estos cambios de temperaturas son normales, siempre y cuando no excedan de los 10 días, momento en el cual "deberíamos plantear que, quizás, estos cambios solo han sido el detonante de un trastorno ya existente previamente".

Este experto ha apuntado que la razón fundamental por la cual en primavera y en verano estamos más alterados es la luz, que es "un gran estimulante cerebral". "Al recibir más luz, estamos más alterados y, por tanto, más despiertos y revolucionados", según reconoce.

Además, apunta que un fenómeno mucho más influyente que el ambiental es el cultural. "El español tiene un sentido trágico de la vida, es falso que el español sea la persona más divertida de Europa. De hecho, nuestra cultura tiene muy arraigado un sentido trágico de la vida, y el sentir cultural influye en nuestra psique mucho más que nuestro sentir ambiental", concluye.

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