'La Banda Gallega', por los castillos de la Sierra de Aracena

Desde su conquista por los reyes cristianos como cinturón defensivo, a gran parte de la actual Sierra de Huelva se la conoció como 'La Banda Gallega'. El nombre viene de que estas tierras fueron repobladas por gallegos y leoneses tras la expulsión de los musulmanes.

Fue el Rey Sancho IV ‘El Bravo’ ordenó levantar una línea de construcciones defensivas en la Sierra de Aracena de Huelva. Castillos y edificios defensivos que, siglos después, conforman un legado histórico que justifica un recorrido por las poblaciones y comarcas del Parque Natural de la Sierra de Aracena.

La ruta puede empezar en Cala, con hermosas vistas de la Sierra durante el camino de subida a la antigua fortificación y al mirador. Muy próxima se ubica Santa Olalla de Cala, cuyo castillo se alza imponente en lo alto de un cerro que domina la población, construido sobre una amplia planta flanqueada por diez torres.

A 15 kilómetros al sureste, el viajero topará con una localidad con reminiscencias árabes tanto en su nombre como en su trazado. El casco urbano de Zufre fue habitado por los almohades y de su muralla se conservan fragmentos de importante valor histórico, como es el caso de la Torre de la Harina.

Aracena es quizás la población más turística de la comarca. Sobre la ciudad se alza el Cerro del Castillo, donde podemos ver la iglesia Prioral del Castillo y los restos de la antigua fortaleza. Bajo tierra se esconde la mágica Gruta de las Maravillas, una cueva cárstica con recorridos guiados de más de un kilómetro.

De ente los castillos, el de Cortegana destaca por la calidad de su conservación. Su interior puede visitarse durante todo el año y alberga un museo con piezas arqueológicas y muebles de época. Pocos kilómetros al sur se extiende Almonaster la Real. Allí se puede admirar una de las escasas fortalezas árabes que aún se mantienen en pie desde la época califal y que forma parte de un conjunto que integra una mezquita de la misma época y la más reciente plaza de toros.

De obligada visita es también el perímetro fortificado de Cumbres Mayores cuyo castillo monumental, llamado de Sancho ‘El Bravo’, encierra una superficie de una hectárea tras sus muros almenados de diez metros de altura y tres de grosor. Como punto final, la villa de Aroche, con su colosal muralla del siglo XVII y una de las fortalezas más emblemáticas de ‘La Banda Gallega’, el Castillo de las Armas de Aroche.