Alfredo Landa recibió un Goya de Honor en el año 2007 y vivía ya alejado del cine y los medios

Recibió el Goya de honor en 2008. Un premio a toda su carrera.
Recibió el Goya de honor en 2008. Un premio a toda su carrera.
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Recibió el Goya de honor en 2008. Un premio a toda su carrera.

Retirado del cine y de la vida pública, Alfredo Landa cumplió el pasado mes de abril 80 años. Este jueves, el mítico actor español creador en sí mismo de un subgénero de éxito en el cine patrio, el 'landismo' ha fallecido.

Sus últimas apariciones públicas databan de 2008, cuando recibió el premio de la Unión de Actores de España por su papel en Luz de domingo, de José Luis Garci, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid y el Premio Príncipe de Viana a la Cultura 2008 en su tierra, Pamplona (norte), y de manos del Príncipe de Asturias.

Fue su retirada, tras haber recibido el año anterior 2007 el Goya de Honor, el tercero de su carrera después de los obtenidos como mejor actor por El bosque animado (1987) y La marrana (1992). "Tengo tanto dentro... este Goya de Honor se lo debo a mi profesión que ha sido lo mejor de mi vida, lo que más aprecio", dijo entonces Landa en un discurso emocionado, entrecortado, casi incomprensible.

Una prolífica carrera

Landa ha sido uno de los actores españoles con más películas a sus espaldas: sobrepasó las 120. Las hubo malas, menos malas, buenas y buenísimas, como no puede ser de otra forma en tan longeva carrera. Cuando se retiró, dijo, lo hizo porque había perdido la pasión. La pasión por la profesión y quizá las fuerzas.

Títulos como Atraco a las tres, Historias de la televisión, La verbena de la Paloma, La niña de luto, Nobleza baturra, Los guardiamarinas, ¿Qué hacemos con los hijos?, Las que tienen que servir, Los subdesarrollados" o Cateto a babor. Todos ellos parte de ese fenómeno, el 'landismo', una "forma de ser, de actuar y de ver la vida", como él lo ha definido. Una época que marcó el devenir del cine español y construyó la memoria histórica del españolito de a pie.

En 1970 llegaría No desearás al vecino del quinto, una película que arrasó en taquilla hasta tal punto que solo Torrente 2 consiguió desbancarla como la más vista del cine español. Aún quedarían muchas del 'landismo', como Vente a Alemania, Pepe o Manolo, la nuit.

El reconocimiento internacional

Pero en 1979 llegó Las verdes praderas, su primera colaboración con Garci, un antes y un después en la carrera de Landa y la primera muestra de una calidad actoral que había pasado bastante desapercibida hasta ese momento. Landa enlazó títulos como El crack, La próxima estación, El crack II y Los santos inocentes, el filme de Mario Camus basado en la novela de Miguel Delibes, que supuso su consagración internacional.

Consiguió el premio al mejor actor en Cannes, ex-aequo con su compañero de reparto Paco Rabal. Los dos dieron una soberbia lección con unos papeles castellanos, dramáticos y llenos de humanidad. Es difícil olvidar la imagen de Landa —Paco, el Bajo— oliendo el campo como un perro para buscar las piezas cazadas por su 'señorito' Juan Diego.

Un papel que le ha acompañado desde entonces, pese a que después participó en La vaquillaTata míaEl bosque animadoLa marrana. Con Luz de domingo se despidió de la actuación, pero no del mus (juego de cartas) o de los cócteles, sus otras dos grandes pasiones.

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