Desarticulada una red de falsificadores que robaba y clonaba y usaba tarjetas de crédito

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una trama criminal supuestamente dedicada a la clonación y uso ilícito de tarjetas de crédito que se había afincada en Sevilla, donde contaba con una red de establecimientos asociados donde hacían uso de esas tarjetas repartiéndose los beneficios con los comerciantes.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una trama criminal supuestamente dedicada a la clonación y uso ilícito de tarjetas de crédito que se había afincada en Sevilla, donde contaba con una red de establecimientos asociados donde hacían uso de esas tarjetas repartiéndose los beneficios con los comerciantes.

Durante su actividad ilícita la organización consiguió hacerse con un botín de 80.804 euros habiendo intentado supuestamente defraudar 189.710 euros sin éxito, empleando para ello un total de 60 tarjetas clonadas extranjeras y resultando afectados hasta 79 comercios distintos.

Según informa la Policía en un comunicado, han sido detenidas once personas, entre ellas el presunto jefe de la organización, el presunto falsificador, los supuestos pasadores y los dueños de los establecimientos supuetamente implicados. Además, han intervenido numeroso material informático, portátiles, discos duros, así como joyas, teléfonos móviles y documentación.

Las investigaciones se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de la posible existencia de un grupo organizado que se estaba dedicando a la clonación de tarjetas de crédito y débito de origen extranjero para hacer un uso indebido de ellas adquiriendo productos de alta gama, tales como joyas o artículos de electrónica que después vendían en el mercado negro.

Siguiendo la pista de las transacciones realizadas con datos pertenecientes a tarjetas clonadas, los investigadores cerraron el radio de actuación de esta organización criminal en Sevilla capital y otros municipios de alrededor donde "captaban a propietarios de comercios con apuros económicos que accedían a pasar la tarjeta ilícita por los TPV a cambio de un porcentaje que oscilaba entre el 20 y el 30 por ciento de lo defraudado", según explica la Policía.

Una vez localizan a la organización, los agentes se centran en identificar a sus integrantes y establecer las relaciones entre ellos, constatando que en la cúspide organizativa se encontraba A.K., que, además de ser el jefe, supuestamente se encargaba de conseguir las bandas magnéticas de las tarjetas de crédito a través de un contacto que mantenía con una mujer norteamericana y a través del mercado negro de venta de tarjetas de crédito en Internet.

Igualmente, la organización contaba con R.K.A., un presunto falsificador con experiencia en programas informáticos utilizados para copiar las tarjetas de crédito; y con un controlador encarnado en la figura de B.O., una mujer que supuestamente se encargaba de vigilar las operaciones de compra-venta que se realizaban y de supervisar la actividad de los pasadores.

En la base de la organización se encontrarían las personas encargadas de realizar de primera mano las compras con las tarjetas falsificadas, los conocidos como pasadores, un total de seis personas, dos de los cuales ya fueron detenidos meses antes al ser sorprendidos por los agentes realizando una de estas operaciones fraudulentas.

Dos modalidades

Según informa la Policía, la estrategia criminal que seguía la organización para defraudar mediante las tarjetas de crédito clonadas se basaba en dos modalidades distintas. La primera de ellas consistía en adquirir con esas mismas tarjetas productos de alta gama, en joyerías o en establecimientos de productos electrónicos, como teléfonos móviles y televisores que posteriormente vendían en el mercado negro.

La otra fórmula empleada por la trama delictiva consistía en captar a comerciantes con necesidades económicas a quienes proponían pasar las tarjetas por los TPV del comercio simulando compras que no se producían para después repartirse el importe defraudado obteniendo un beneficio que rondaba el 20 y el 30 por ciento, llegando a identificar a cuatro responsables de estos establecimientos que permitían estas prácticas.

La operación se ha saldado con once detenidos en total y se ha podido intervenir diverso material informático utilizado para la falsificación de las tarjetas de crédito, así como teléfonos móviles y abundante documentación.

Por su parte, los arrestados que ya contaban con antecedentes policiales previos e incluso dos de ellos habían sido detenidos por hechos relacionados con esta investigación, ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.

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