El joven acusado de grabar a mujeres en el baño del pub que regentaba en Cazorla (Jaén), desde diciembre de 2008 durante al menos un año, mediante una minicámara camuflada en el interior de una toma de corriente, C.D.M.V., ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Jaén a dos años de prisión así como a indemnizar con mil euros a cada una de las 35 víctimas que reclaman por los daños causados.

Según han informado a Europa Press fuentes del caso, la sentencia, conocida en la mañana de este jueves, incluye también una multa de un total de 3.600 euros, del mismo modo que contempla las atenuantes de reparación del daño y del desorden psicosocial, en concreto, una "parafilia", tras el informe de una médico psicóloga aportado por el letrado de la defensa.

En el juicio, que tuvo lugar el miércoles de la pasada semana, el acusado reconoció los hechos. "Sí, totalmente", afirmaba el joven, que se mostraba arrepentido, al ser preguntado por la juez si reconocía los hechos que le habían llevado ante el tribunal. Ante él pasaron posteriormente una treintena de mujeres en calidad de testigos y perjudicadas, dos de las cuales eran menores cuando se grabaron las imágenes, algo que finalmente no ha sido tenido en cuenta en el fallo por estar prohibido su acceso al pub.

Todas las féminas se ratificaron en la declaración que hicieron ante el juzgado de instrucción cazorleño, donde se reconocieron en una o más grabaciones o fotografías que el acusado obtuvo al instalar en el baño de señoras una cámara oculta con la que captaba vídeo y fotos de las usuarias, teniéndola conectada a un dispositivo que las grababa en un ordenador, donde conservaba archivos.

Además, prácticamente todas las afectadas han reclamado indemnización, cuestión sobre la que giraba "la mayor parte de la controversia" entre defensa y acusaciones particulares. En cualquier caso, varias expresaban su deseo de que C.D.M.V. también fuera condenado a pena de cárcel. "Prefiero pena, pero sí, reclamo", manifestaba una de las víctimas, mientras que otras insistían en la preferencia para que le fuera impuesta prisión. "El daño moral es irreparable", ha aseverado otra mujer.

Un aspecto a destacar en la vista por las acusaciones fue el carácter continuado del delito, así como el hecho de que entre las afectadas hubiera dos menores, al tiempo que expresaron dudas sobre el informe pericial. Asimismo, se refirieron al daño amplificado, puesto que los hechos se produjeron en "un pequeño pueblo", como es Cazorla, donde "la mayoría de la gente se conoce", lo que origina "humillación" y "vergüenza" y dificulta "poder llevar una vida normal"

Por todo ello, reclamaban en los escritos de acusación para sus patrocinadas indemnizaciones más elevadas por los daños morales padecidos, llegando incluso a 18.000 euros, además de solicitar para el acusado penas de hasta cinco años de cárcel.

Sistema "automático"

De su lado, la defensa mantuvo que "no se puede aplicar la atenuante de minoría de edad" porque el sistema de grabación "era automático", al abrirse la puerta, y "no detectaba la edad". Por contra, instó a tener en cuenta como atenuante la reparación del daño, al haber satisfecho "con mucho esfuerzo" la cantidad que pedía el fiscal por responsabilidad civil, además de la derivada de padecer una "parafila sexual", que es "una adicción".

El procesado hacía uso del último turno de palabra para "pedir disculpas" por "un daño que no quería hacer" al que le llevó, según ha dicho, por "la obsesión". A su salida, después de la vista oral, la mayor parte de las afectadas lo esperaban en la puerta de los Jugados de lo Penal, donde le increparon aunque sin llegar a más.