Ni los vehículos híbridos ni los eléctricos ganan al diésel

  • La crisis ha desatado en los conductores una obsesión por los coches eficientes.
  • Un estudio de Lease Plan advierte que al buscar el ahorro no podemos limitarnos al consumo de energía, sino que debemos considerar otros muchos factores.
  • La investigación concluye que los vehículos diésel ganan en eficiencia en los recorridos más comunes con más autopista y menos ciudad.
Los vehículos diésel representan casi dos terceras partes del mercado.
Los vehículos diésel representan casi dos terceras partes del mercado.
EFE/ARCHIVO
Los vehículos diésel representan casi dos terceras partes del mercado.

La crisis ha provocado que los conductores analicen mucho más qué coche comprar para reducir al máximo sus costes, especialmente, el consumo. En este proceso, los coches eléctricos e híbridos se presentan como los más eficientes en cuanto al consumo, sin embargo esto no significa, necesariamente, que sean los que menos gastos conllevan.

¿Cómo puede ser? La compañía Lease Plan ha llevado a cabo un estudio para averiguar qué tecnología es la más eficiente y qué opción puede ser la más económica para cada conductor.

Efectivamente, el coste total no sólo depende del consumo. Los costes asociados, como el coste de adquisición, seguros, impuestos, gastos de mantenimiento, neumáticos, etc. y los recorridos que se hacen son determinantes.

En el estudio se ha realizado pruebas de conducción, para analizar el gasto de combustible (o de electricidad, en el caso de híbridos y eléctricos) por los diferentes tipos de vías y ha añadido a esos resultados los cálculos de los costes asociados.

Según David Henche, Director de Marketing y Comunicación de LeasePlan, "no podemos limitarnos a ver la eficiencia desde el prisma del consumo de energía. En el caso de los vehículos, la eficiencia viene determinada por muchos otros factores y es lo que hemos querido analizar".

Ahorro en función del recorrido

El resultado es que los vehículos diésel son más eficientes en los recorridos más comunes, en una combinación en la que predomine la autopista respecto a los circuitos urbanos y a las carreteras convencionales.

Por ejemplo, si conducimos un 70% por autopista, 20% por ciudad y 10% por otras carreteras (lo más habitual para personas que viven en grandes ciudades o en sus cercanías), elegir un coche diesel supondría un ahorro de casi 600 euros respecto a un gasolina, casi 2.000 euros respecto a un híbrido y más de 20.000 respecto a un eléctrico en 6 años (en un precio de combustible similar al actual).

Si aumentamos el recorrido por carretera convencional los vehículos de gasolina son más eficientes en recorridos donde se combina ésta con circulación urbana y, en menor medida, por autopista.

En el caso de que el recorrido habitual sea de 65% por ciudad, 30% por carretera convencional y 5% por autopista, el ahorro de los vehículos gasolina sería de unos 150 euros respecto a los híbridos, unos 300 a los diesel y más de 16.000 respecto a los eléctricos.

El híbrido gana en ciudad

Por otro lado, los vehículos híbridos son la mejor opción en trayectos esencialmente urbanos. En el supuesto de que se circulase un 95% por ciudad y sólo un 5% por carreteras convencionales.

Si el perfil del conductor se ajusta a los recorridos mencionados, merece la pena valorar que, si bien el coste de un gasolina es apenas 100 euros superior que el del híbrido, en coches de la misma gama este último ofrece mejor equipamiento. Un vehículo diesel saldría 450 euros más caro que un híbrido en estas mismas condiciones y un eléctrico, casi 12.000 euros más.

Parece por tanto que, por el momento, los coches eléctricos no son competitivos. Aunque su gasto energético es muy inferior al resto, su elevado coste hace que su eficiencia disminuya. Incluso en el caso más favorable para ellos (conducción urbana) la diferencia de precio al final del proceso sigue siendo muy elevada.

Si se consiguieran equiparar los precios de estos vehículos (mediante descuentos o subvenciones), con respecto a un coche equivalente de gasolina y se presupone un valor residual similar también, entonces el eléctrico se convierte en la alternativa más rentable en un entorno de conducción urbana. Su limitada autonomía también es un freno importante en la actualidad pero que en un futuro,también puede mejorar.

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