"Tengo que pedir prestado porque no llego a fin de mes"

"Me pagan de 500 a 600 euros, y solo en alquiler, comida y transporte se me van 700", dice Marta que no muestra su rostro por temor a ser despedida.
"Me pagan de 500 a 600 euros, y solo en alquiler, comida y transporte se me van 700", dice Marta que no muestra su rostro por temor a ser despedida.
JORGE PARÍS
"Me pagan de 500 a 600 euros, y solo en alquiler, comida y transporte se me van 700", dice Marta que no muestra su rostro por temor a ser despedida.

La caída de los salarios se agudiza en aquellos empleos que ya de por sí tienen los sueldos más bajos del mercado laboral, según Infojobs. Fruto del exceso de demanda —por la gran tasa de paro— los expertos auguran que estos salarios de empleos que no requieren cualificación continuarán bajando.

Además, como el único empleo que se crea hoy en día, según la EPA, es a tiempo parcial, el resultado es que cientos de miles de españoles viven ya con menos de 850 euros brutos al mes.

Los peor pagados son sobre todo jóvenes y mujeres, y en cuanto a las profesiones, las que integran el sector de hostelería, comercio, agricultura y telemárketing.

Estos son algunas de las personas que sobreviven, como pueden, con un salario bajo:

Luis, peón de jardinería (58 años)

Luis es jardinero en el Ayuntamiento de Trujillo (Cáceres). Tras 29 años como empleado municipal —primero de obras, luego en piscinas y ahora en jardinería— sigue con categoría de peón, cobrando 840 euros al mes. Tiene gente a su cargo y conduce maquinaria pesada, pero eso no se refleja ni en su categoría ni en su salario, se lamenta. "Un amigo me decía que si fuese Guardia Civil, solo por cansancio, ya ganaría más".

Con su mujer en paro desde hace tres años, por la tarde se tiene que dedicar a hacer "chapucitas", aunque con la crisis cada vez la gente se anima menos a encargarle trabajos. "Tienen que tener la parcela con plantas de 20 metros de altura para que te llamen".

Con todo, se fija en que hay otros en peor situación, como los jóvenes de una escuela taller que, con contratos de un año, cobran 700 euros al mes "y se tienen que pagar la gasolina para desplazarse a varios pueblos a trabajar".  "Cada vez piden más por menos", reflexiona. "Y poco piensan en lo que me pagan cuando a las dos de la madrugada me llaman porque se ha caído un árbol a la calzada", denuncia.

Cristina, operadora de telemárketing (26 años)

Tiene 26 años y lleva los últimos seis trabajando de teleoperadora. Aceptó una jornada de 25 horas semanales porque quería estudiar. Pero tuvo que dejar la carrera de Filosofía cuando le bajaron el sueldo y subieron las tasas universitarias. No se lo podía permitir.

"600 euros al mes dan para el alquiler, el abono transporte, y poco más". Se ve obligada a compartir piso y ha renunciado "a salir por ahí". Sus compañeras de trabajo se quejan "y mucho" del sueldo. Además, ahora están quedándose sin incentivos. "Hemos pasado de cobrar 200 o 300 euros por una buena campaña a que nos premien con globos y caramelitos".

Cristina no deja su empleo porque no puede "quedarse en la calle", aunque opina que cobra poco para la disponibilidad que le exigen: "Fines de semana, festivos, librando solo cuando les apetece... Y nunca con el mismo horario". No tiene cargas familiares, pero admite que con su sueldo no podría permitírselo.

Marta (nombre ficticio), dependienta (23 años)

Trabaja de vendedora desde hace seis meses en un gran establecimiento de ropa y complementos deportivos. Su sueldo, aunque depende ligeramente de las horas que eche, ronda los 500-600 euros al mes. Sin embargo, está a punto de perder salario como resultado de la adhesión de la cadena para la que trabaja al convenio de grandes superficies, que le hará perder el plus de los domingos. Marta trabaja con una jornada de 25 horas al mes repartida en cinco días a la semana y no por elección, sino porque no encuentra otra cosa.

Esta joven dependienta se ha visto obligada a mudarse a una localidad del extrarradio madrileño porque no le daba "para vivir en Madrid". Como muchos de sus compañeros, tiene que pedir ayuda a sus padres. "No llego a fin de mes, en los gastos básicos (la comida, el alquiler, transporte) acabo gastando unos 700 euros, mínimo".

Con sus compañeros suele comentar lo mal pagados que están. "No son muchas horas, pero es estar de pie, de cara al público, sonriendo siempre, siendo súper amables, es un trabajo muy duro". Marta recibe 5 euros la hora, pero ella consideraría más justos "8 o incluso diez".

Isabel, empleada de la limpieza  (56)

Isabel trabaja 18,5 horas a la semana, una jornada parcial que mantiene desde hace años porque no encuentra otra cosa. En su sector (limpieza) cada vez se ofrecen menos jornadas completas, dice. Por ese trabajo, que le implica desplazarse a varias entidades bancarias en un solo día, cobra alrededor de 500 euros al mes que "no dan para mucho, solo para ayudar en casa y sumarlo con lo de mi marido", explica.

Carmen, compañera suya, limpia también oficinas bancarias a jornada completa a cambio de unos 700 euros al mes. Opina que es poco dinero. Lleva casi diez años en la empresa y está muy preocupada porque en los últimos dos no les han revisado ni el IPC. Y aún encima su convenio está a punto de caducar en el mes de julio.

"Nos vamos al estatuto de trabajadores" y eso son "más recortes". De hecho quieren cambiarles los trienios por cuatrienios y quitarles días de asuntos propios, explican. "El sector de la limpieza es de lágrimas", se lamentan.

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