Calderón comienza su Gobierno encarcelando al líder de la revuelta en Oaxaca

  • Según el detenido, ya hay más de 350 presos.
  • La decisión de Calderón genera polémica.

La detención del líder del movimiento rebelde en Oaxaca, Flavio Sosa, es un ejemplo de la actitud del nuevo presidente de México, Felipe Calderón, según coincidieron varios analistas, que divergieron sobre la idoneidad y legitimidad de la medida.

Según Sosa, a quien se detuvo el lunes en la capital mexicana junto a otros tres dirigentes, hay ya 362 miembros y simpatizantes de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) detenidos, de los cuales 142 fueron enviados a prisiones de máxima seguridad.

Este bloque de organizaciones sociales se creó en junio pasado, cuando el gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz, intentó neutralizar una huelga de maestros iniciada un mes antes.

Desde entonces, la APPO lideró las protestas callejeras contra Ruiz, saldadas con al menos once muertos, la mayoría en confusos choques con armas de fuego entre seguidores y detractores del gobernador. Según

Juan Luis Hernández, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Iberoamericana (
UIA), que la detención de Sosa "apunta con claridad un gobierno que quiere lanzar el mensaje de mano dura", particularmente
contra los movimientos sociales.

Hernández defendió la postura de la APPO contra lo que definió como un "sistema caciquil de gobierno" estatal de Oaxaca.

La convulsión social en Oaxaca empezó a ceder a finales de noviembre, cuando el último choque violento en la capital estatal entre la policía y los manifestantes, que quemaron edificios y vehículos, dio pie a que los uniformados detuvieran de forma masiva a cerca de 150 personas.

Me parece que el que tendría que estar en la cárcel es Ulises Ruiz

"Me parece que el que tendría que estar en la cárcel es Ulises Ruiz, por la cantidad de imputaciones que se hacen directa o indirectamente a partir de los muertos que ha habido en el proceso", denunció Hernández.

El catedrático calificó asimismo de "muy lamentable" el nombramiento del ex gobernador del estado occidental de Jalisco Francisco Ramírez Acuña como ministro de Gobernación (Interior), "en un clima en el que se requiere a alguien que construya puentes con la oposición".

Diferente es el punto de vista de Javier Ibarrola, experto en temas de seguridad, para quien la captura de Sosa es algo "que se le venía prácticamente exigiendo" al mandatario y, además, va en línea de uno de sus compromisos antes de asumir el poder hace cuatro días: "Recuperar el respeto a la ley".

Designación polémica

En 2004, Ramírez Acuña fue duramente criticado por la acción de la policía jalisciense contra los manifestantes que protestaron en una cumbre UE-Latinoamérica, en enfrentamientos que causaron decenas de heridos y detenidos, así como por menospreciar las denuncias posteriores de las organizaciones de derechos humanos.

Hernández consideró que la detención de Sosa "lo único que va a provocar es una respuesta organizada, no solamente de la APPO, sino de todo el conjunto de organizaciones sociales, sindicales, ONG e incluso del propio movimiento de López Obrador, que se van a solidarizar".

El izquierdista Andrés Manuel López Obrador , derrotado por una escasa ventaja por Calderón en las elecciones de julio pasado, lidera un movimiento de resistencia civil contra el presidente y ha ofrecido su apoyo a los grupos alzados en Oaxaca.

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