Una exposición-homenaje a 'La batalla de Tetuán' de Fortuny, joya pictórica del MNAC de Barcelona

  • Dedican una muestra a la obra maestra de Mariano Fortuny y Marsal.
  • Ilustra la batalla en 1860 de la guerra hispano-marroquí y fue un encargo propagandístico, pero supuso una innovación pictórica en el estilo del artista.
  • Exhiben estudios que Fortuny realizó en Marruecos, dibujos, óleos, fotos y documentos del contexto y la historia del cuadro hasta su llegada al museo.
'La batalla de Tetuan', uno de los cuadros más célebres de Mariano Fortuny y Marsal que sin embargo el pintor nunca terminó
'La batalla de Tetuan', uno de los cuadros más célebres de Mariano Fortuny y Marsal que sin embargo el pintor nunca terminó
Mariano Fortuny - MNAC 2012
'La batalla de Tetuan', uno de los cuadros más célebres de Mariano Fortuny y Marsal que sin embargo el pintor nunca terminó

Es una de las obras más preciadas del MNAC de Cataluña, una pintura de gran tamaño creada hace 150 años por uno de los pintores españoles de más talento del siglo XIX: Mariano Fortuny y Marsal (1838-1874). Para La batalla de Tetuán, el artista catalán abordó el monumental lienzo con ambición, con una visión panorámica del enfrentamiento entre las tropas españolas y las marroquíes en la que dispuso a los personajes principales en la parte central. La composición en triángulo sirve para presentar un abanico de microescenas exquisitas que acaparan la atención del espectador en todo el campo de visión.

El Museu Nacional d'Art de Catalunya, en Barcelona, rinde homenaje a una de las joyas de su colección con La batalla de Tetuán de Fortuny. De la trinchera al museo, en cartel hasta el 15 de septiembre. La exposición de 130 piezas entre dibujos, óleos, acuarelas, fotos y documentación revela el contexto histórico y la trayectoria de la obra desde que su autor hizo los estudios preliminares para pintarla hasta que, ya tras la muerte de Fortuny, fue trasladada (después de muchas vueltas) a la pinacoteca.

Viajó a Marruecos en 1860 con fines propagandísticos y, contradictoriamente, ocho días después de la batalla que inmortalizó. Enviado por la Diputación de Barcelona —uno de los organismos que se encargaron de reclutar a artistas para mandarlos al frente— debía ilustrar los sucesos más importantes de la Guerra Hispano-Marroquí (1859-1860), un conflicto que ayudó a ganar popularidad al maltrecho gobierno de España y al reinado de Isabel II con una oportuna inyección de patriotismo en forma de victoria.

Fortuny y el orientalismo

La mirada del artista capturó en casi 200 obras entre dibujos y acuarelas la poética del paisaje y la arquitectura norteafricanos, la vida diaria y las costumbres de los habitantes. Entre los dibujos que hizo del natural hay estudios de tipos humanos característicos de la región y retratos de soldados españoles en tareas más domésticas que bélicas, comprando, charlando entre ellos y durmiendo. Otros apuntes van más allá del boceto, como los retratos de los militares de graduación, que tenían que protagonizar las obras encargadas.

Tetuán fue la introducción del pintor al mundo islámico, al seductor género orientalista al que los maestros románticos como Delacroix y Fromentin ya habían caído rendidos en su idealización de lo exótico. Fortuny recibió esa herencia y adaptó la cruda luz meridional  a su estilo dándole a las obras colores más luminosos y expresivos: La batalla de Tetuán era un reto en su carrera que debía combinar la experiencia directa con la creación pausada del taller, quería innovar en el género de la pintura histórica, ofrecer una panorámica vibrante de luminosidad intensa y natural.

El homenaje de Dalí

El gigante pictórico pudo con su autor. Conforme Fortuny avanzaba en la realización del óleo en su taller de Roma le asaltaban dudas que no sabía cómo resolver satisfactoriamente. A pesar de que ahora se considera como una de las piezas más importantes del autor, él la dejó inacabada y terminó refiriéndose a ella despectivamente como "el gran cuadro". Inconclusa para siempre, la obra fue vendida en 1875 por la viuda de Fortuny a la Diputación por 50.000 pesetas.

La muestra recupera los numerosos trabajos del artista sobre papel que forman parte de los fondos del museo y ha servido al centro para revisar el catálogo de obras de Fortuny relativas a la guerra. El conjunto ofrece al espectador toda la información necesaria para entender la grandeza del cuadro y traspasa el mero acercamiento técnico y artístico con fotos de sus numerosos traslados hasta que en 2004 llegó al MNAC.

Además, La batalla de Tetuán de Fortuny. De la trinchera al museo exhibe para la ocasión fotografías y estudios preparatorios de Salvador Dalí (ferviente admirador de Mariano Fortuny) para la sorprendente versión libre que realizó de la obra en 1961. El original, tras ser vendido en Nueva York en 1987, pertenece ahora al Museo Morohashi de Arte Moderno de Fukushima, en Japón.

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