Una ruta por El Bierzo, tras los sabores de la buena cecina

  • La cecina de León siempre se hace con despieces de carne de vaca.
  • El castillo templario es ya un icono de Ponferrada, capital de El Bierzo.
  • La otra parada ineludible es Villafranca de El Bierzo, la Pequeña Compostela.
Una vista del Castillo de los Templarios en Ponferrada.
Una vista del Castillo de los Templarios en Ponferrada.
FLICKR/Freecat
Una vista del Castillo de los Templarios en Ponferrada.

La cecina se elabora desde tiempos inmemoriales mediante el curado de los cuartos traseros de carne de vacuno. Hay otras cecinas –de chivo, de caballo, de liebre–, pero la incluida en la Indicación Geográfica Protegida Cecina de León, exclusiva de esta provincia, siempre se hace con despieces de carne de vaca.

Para conocer y probar la cecina nos trasladamos hasta El Bierzo. Sobre el mismo Camino de Santiago, en Molina-seca, encontramos alguna de las empresas que se dedican a la producción de esta exquisita chacina parecida al jamón. Tomamos la senda que atraviesa el río Meruelo sobre el puente románico. A través de la calle Real se accede a la iglesia de San Nicolás, templo neoclásico del siglo XVII.

En Ponferrada, capital de El Bierzo, el castillo templario se alza con sugerentes formas junto a los ríos Boeza y Sil. La basílica renacentista erigida en honor de la Virgen de la Encina, patrona de El Bierzo, está construida sobre una antigua iglesia medieval en el último cuarto del siglo XVI.

Estamos en tierra de cecina, de vino –los viñedos duermen bajo los picos de Pedra Cabalar, Peña Rubia, Tres Obispos o Corno Maldito– y de otras delicias gastronómicas como el botillo, con la I.G.P. Botillo de El Bierzo.

Desde Ponferrada parte una sinuosa carretera hacia la Sierra del Teleno. Nos lleva hasta Peñalba de Santiago, un remanso de paz. De frente, el valle del Silencio. En el interior de la iglesia de Santiago, sorprenden los ábsides contrapuestos, casi exclusivos de este templo, así como los símbolos lunares y astrales celtas de su decoración.

Junto a Ponferrada la otra parada ineludible es Villafranca de El Bierzo, conocida como la Pequeña Compostela. En pleno Camino Francés se alza la iglesia románica de Santiago (siglo XII), con una decoración sorprendente sobre las ventanas: aves, animales fantásticos y una pareja abrazándose. Más allá, la Colegiata de Santa María del Cluniaco, monasterio benedictino, hoy hospedería para peregrinos.

Saliendo de Villafranca alcanzamos el Parque Natural de Los Ancares. Se puede visitar una palloza, vivienda de arquitectura autóctona que compartían las personas y el ganado. Al lado, la iglesia de Santa Marina (siglo XVI), mezcla románico-renacentista. Caminando alcanzamos el castillo del siglo XIII, del que sólo queda en pie la torre del homenaje.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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