Un afeitado perfecto

1 Antes de empezar.

Lávate la cara con agua templada (tirando a caliente) y jabón para que se abran los poros y conseguir así un afeitado más apurado.

2 Con la piel húmeda.

La cuchilla, también pasada por agua, se deslizará mejor y no dañará la piel.

3 Espuma o gel.

Cubre bien todas las zonas con espuma o gel sin pasarte con la cantidad, pues podrías atascar la cuchilla. Deja que actúe un minuto para que el vello se reblandezca.

4 En la dirección correcta.

Rasura en sentido contrario al crecimiento del vello, teniendo en cuenta que en cada zona es diferente. Si llevas mucho tiempo sin afeitarte, comienza haciéndolo en el mismo sentido.

5 Tensa la cara.

Utiliza la mano que te queda libre para mantenerla lisa y evitar los cortes.

6 Primero, lo más fácil.

Comienza por los lados y termina por la barbilla y el bigote, donde el vello es más fuerte, para que la crema actúe más tiempo.

7 Al grifo.

Limpia la cuchilla en agua templada de vez en cuando para humedecerla y quitar los pelos.

8 Sin restregar.

No la frotes con la toalla, perderá el afilamiento. Con que la agites después de lavarla es suficiente.

9 Cierra los poros.

Refréscate con agua fría dándote unas palmaditas en la cara.

10 After shave.

Mejor que sea hidratante y sin alcohol, pues además de escocer reseca la piel.

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