Los ministros de Pesca y de Agricultura de la Unión Europea examinarán este lunes en Luxemburgo el estado de las negociaciones con la Eurocámara para reformar la Política Pesquera Común (PPC) y la Política Agraria Común (PAC), con el objetivo en ambos casos de que el ritmo de los trabajos permita cerrar un acuerdo político el próximo mes de junio e iniciar el proceso para su aplicación a partir de 2014.

España, además, ha pedido incluir en la agenda otras negociaciones, las de los protocolos de pesca con Marruecos y Mauritania, caladeros de gran interés para la flota española y, en concreto, para la gallega. El ministro Miguel Arias Cañete espera que la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, explique la ausencia de contactos con Rabat desde el pasado febrero, pese a que el acuerdo entonces parecía cercano.

Fuentes europeas indican que los progresos han sido "lentos" y que las negociaciones parecen "estancadas" por las garantías en el respeto de los Derechos Humanos que exige la UE y por el incremento de la contrapartida financiera que reclama Rabat.

Sobre el acuerdo con Mauritania, cerrado entre las partes pese a las críticas del sector y a las reservas de países como España, se espera que la comisaria dé información sobre los últimos comités mixto y científico, celebrados para intentar revisar las condiciones técnicas del régimen, por ejemplo, autorizando una cuota para la captura de pulpo.

En cualquier caso, el grueso de la reunión de los ministros en Luxemburgo girará en torno a las profundas reformas pendientes. En el caso de la PAC, la Comisión Europea ya ha asumido que no será posible aplicar gran parte de sus disposiciones hasta 2015, aún en el caso de un acuerdo en breve plazo.

PAC

Por ello, el comisario Dacian Ciolos explicará a los ministros los detalles de las medidas de transición que ha pensado para que el retraso en los nuevos reglamentos no perjudique en la práctica a los agricultores ni altere el cobro de las ayudas.

La previsión de mecanismos de transición permitirá que no haya "ningún vacío legal" y dará garantías de que las ayudas llegarán "en tiempo y forma" a los agricultores, según señalan fuentes diplomáticas.

La propuesta de Bruselas es que el 2014 sea un año de transición que aplique el nuevo presupuesto pero con las reglas tradicionales, lo que dejaría para 2015 aspectos clave como el 'pago verde' que condiciona un 30 por ciento de las ayudas a determinadas prácticas ecológicas.

El propio comisario advirtió hace unos días que los retrasos en las disposiciones de la nueva PAC serán "más importantes" para las autoridades nacionales implicadas que para los productores, porque cuando los agricultores tramiten las solicitudes de ayudas a primeros de año no se habrá trasladado aún toda la reforma a las legislaciones nacionales.

TRÍLOGOS

Mientras, las negociaciones entre el Consejo, la Comisión y la Eurocámara, comúnmente conocidas como 'trílogos', comenzaron a mediados de abril con los asuntos más próximo al consenso, como la definición del "agricultor activo" que tendrá derecho a subsidios o los apoyos específicos para pequeños y jóvenes agricultores.

La Eurocámara, que por primera vez tiene poder de decisión en una reforma agrícola, y el Consejo mantienen posiciones similares en asuntos de interés para España como el dejar al Estado miembro poder para limitar la superficie elegible de las ayudas, en el caso de que la reforma suponga un incremento muy drástico del volumen de hectáreas, tal y como es el caso español.

Las divergencias entre las instituciones son mayores en la reforma pesquera, según fuentes europeas que apuntan que la Eurocámara se mostrado "muy dura" en los trílogos y no ha querido ceder en determinados aspectos, como la obligación de desembarcar todo lo pescado para acabar con los descartes para los que el Consejo es partidario de una mayor flexibilidad.

La presidencia irlandesa de la UE preguntará este lunes a los ministros de Pesca si ven posible un acuerdo temprano en mayo, para poder centrar los trabajos de junio en la PAC, y si están dispuestos a modificar sus posiciones en asuntos como los descartes o el objetivo de Rendimiento Máximo Sostenible en los que la Eurocámara es más exigente.