Decenas de miles de manifestantes de la oposición liderada por el grupo pro iraní Hizbulá han paralizado el centro de Beirut, por segundo día consecutivo , en espera de derrocar al gobierno de Fuad Siniora, que califican de pro occidental. La mayoría de los negocios, restaurantes y cafés han cerrado sus puertas, así como los bancos e instituciones financieras de ese área, mientras que
Los manifestantes, miembros de los grupos chiíes pro iraníes Amal y Hizbulá y de la Corriente Patriótica Libre del general cristiano Michel Aoun, ocupan desde el viernes el centro de Beirut donde han instalado unas 50 tiendas de campaña.
Estas lo fueron después de la multitudinaria manifestación de la víspera, en la que algunos grupos bloquearon la entrada al palacio del Gobierno, donde se encuentra el primer ministro y varios miembros de su gabinete.
Sin la intervención de líderes árabes y locales y sin el ultimátum del ejército a los manifestantes para que desbloquearon los accesos del edificio, que ahora son transitables pero con dificultad, la situación hubiese podido agravarse.
No quieren dialogar
Los manifestantes rechazaron el llamamiento de Siniora para "la reanudación del diálogo", e insistieron: "No dialogaremos".
El diálogo fue interrumpido pocas horas antes de la dimisión de seis ministros de la oposición, entre ellos cinco de Amal y Hizbulá, lo que fue seguido, pocos días mas tarde, por el asesinato del titular de Industria, Pierre Gemayel, figura que -como la mayor parte de los cristianos maronitas libaneses- simpatizaba más con Israel que con Siria o Irán.
"Los problemas no pueden ser resueltos en la calle por amenazas y presiones, sino a través la reanudación del diálogo", afirmó Siniora hoy, en su primera aparición pública desde el inicio de las protestas.
Sin embargo, los manifestantes continúan coreando los mismos eslóganes que la víspera, "Siniora, vete", "Siniora, Ali Babá, es un ladrón que se vaya", "queremos libertad, un gobierno árabe y nacional".
Capacidad de movilización
Hizbulá (Partido de Dios), que lidera la oposición, acusa al Gobierno de Siniora de no haberlo apoyado durante la guerra no declarada de Israel contra el Líbano, entre julio y agosto, y de no haber dado el dinero prometido a las familias que perdieron sus casas.
Durante estas manifestaciones, que se proseguirán de modo ininterrumpido, el Partido de Dios mostró, una vez mas, su capacidad de movilización y disciplina.
No obstante, su punto débil fue el déficit de participación cristiana, aunque las escenas de solidaridad entre los chiíes y cristianos fueron múltiples en aquella ocasión, en la que Hizbulá fue el único partido que repartió dinero y alimentos a las víctimas de los bombardeos.
Llamada a la reflexión
Una llamada a la reanudación del diálogo fue lanzada, asimismo, por el ministro de Hacienda, Yihad Azur, quien consideró que la crisis política, marcada por las manifestaciones y el cese del trabajo cuestan al Tesoro cada día "70 millones de dólares".
"Cada día de parálisis priva la actividad económica de 70 millones de dólares en término de producción nacional, sin hablar del impacto sobre las inversores y la confianza", afirmó el ministro.
Expresó su inquietud por "los momentos difíciles que atraviesa el país y que se repercute de modo negativo sobre la economía".
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios