Cronista afilado de la vida sin rumbo de la Generación X estadounidense de los años noventa del siglo XX, Daniel Clowes (Chicago, 1961) es uno de los pilares de la historieta contemporánea. Desde que publicó la primera, en 1985, ha mantenido un tenso nivel de producción. Su reconocimiento popular es indudable, pero aún no había accedido a las canónicas paredes los museos.

La gran retrospectiva Modern Cartoonist: The Art of Daniel Clowes (Historietista moderno: el arte de Daniel Clowes), que acaba de ser anunciada por el Museum of Contemporary Art de Chicago, lleva a los escenarios del arte serio al autor de obras de tanto genio como la novela gráfica Wilson (2010), sobre un misántropo triste,  de gran corazón pero insoportable para los demás, y, mucho antes, del cómic Ghost World (2001), donde dos adolescentes se aburren, despedazan al mundo con cotilleos sin fin y temen caer en la alienación sin percatarse de que son dos alienadas de catálogo.

Aunque los trabajos de Clowes no necesitaban ningún tipo de bendición del mainstream, la antología, con más de 150 obras, se celebra en la ciudad natal del artista y en una pinacoteca de rango, lo cual adjudica valor añadido a Modern Cartoonist, que es la gran apuesta del museo para la temporada de verano-otoño (la exposición estará en cartel entre el 29 de junio y el 13 de octubre). La oferta de la muestra abarca desde 1989 hasta el presente e incluye dibujos y planchas originales de historietas, cómics e ilustraciones, así como los ejemplares de las primeras ediciones de las obras impresas.

Autor de más de medio centenar de obras, algunas editadas en España por Ediciones La Cúpula, Clowes no se es un mero dibujante de cómics —oficio que prefiere sustituir por el de cartoonist (historietista) cuando le preguntan a qué se dedica—. Ha firmado guiones de cine, entre ellos la adaptación de Ghost World (Terry Zwigoff, 2001, con Thora Birch y Scarlett Johansson en los papeles protagonistas), por la que fue nominado al Oscar, y la mucho peor El arte de estrangular, absurdo título español para Art School Confidential (también dirigida por Zwigoff).

También se ha marcado tanto llevando a sus personajes alelados y sufrientes a la cartelería cinematográfica —el póster de Happiness (Todd Solondz, 1998)—, las cubiertas de la prestigiosa revista The New Yorker, algunas portadas de álbumes musicales —por ejemplo, The Smoke of Hell, de los Supersuckers— e incluso al videoclip de I Don't Wanna Grow Up, la versión cazurra de los Ramones de una canción ya de por sí bastante bruta de Tom Waits.

La exposición de Chicago, organizada en colaboración con el Oakland Museum of California, presentará dos enormes murales creados ex profeso por Clowes para la ocasión. Tendrán apariencia de "ventanas" y permitirán a los visitantes tener una vista clowesiana de la ciudad donde el artista nació en 1961 de un matrimonio formado por un artesano fabricante de muebles y una mecánica de coches. Los murales, adelantan desde el museo, están compuestos por "símbolos maravillosos y detalles específicos y congelados en el tiempo" de la urbe en la que creció y empezó a dibujar Clowes.

En 2006 Clowes, que vive en Oakland con su mujer y el hijo de ambos, se enteró en un chequeo médico de que padecía una dolencia congénita del corazón (tenía el órgano de un tamaño que duplicaba lo normal). Después de una costosa operación, ha logrado recuperar la salud. "Los cirujanos hicieron conmigo una especie de origami y creo que salió bien", ha declarado, con el mismo distanciamiento cínico y frío que uno  de sus personajes.