El Observatorio del Patrimonio en Cantabria, puesto en marcha por el Aula de Patrimonio de la Universidad, ha iniciado su andadura con un diagnóstico sobre la situación del patrimonio cultural en la Enseñanza Secundaria (ESO) y Bachiller. En sus conclusiones, advierte de la falta de contenidos sobre esta materia en los actuales planes docentes y pide cambios en la normativa educativa para revertir esta situación.

El Observatorio ha constatado el desconocimiento sobre el patrimonio cultural de Cantabria que existe tanto entre los alumnos como en el entorno familiar, con la consiguiente repercusión que ello tendrá en el futuro sobre la conservación del patrimonio, porque "cuando algo no se conoce no hay sensibilidad y no se valora".

"El panorama es desolador, un joven puede titularse en ESO o Bachiller sin saber nada de patrimonio; si no formamos y sensibilizamos a los jóvenes, dentro de unos años la situación será más lamentable", ha advertido el director del Aula de Patrimonio de la UC, José Luis Pérez, quien ha puntualizado que el Observatorio pretende con esto "dar una voz de alarma".

Las conclusiones de este primer informe del Observatorio, que se remitirán a la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, han sido presentadas este miércoles en rueda de prensa junto con un nuevo libro de la serie 'El arte mueble de Cantabria', que recoge las 12 obras que el Aula de Patrimonio de la UC seleccionó como 'Piezas del mes' en 2012, y el ciclo de conferencias sobre Arqueología 'De Siria a Patagonia', que se celebrará los lunes del próximo mes de mayo con el objetivo de dar a conocer los trabajos arqueológicos desarrollados por investigadores de la UC fuera de la región.

Todo ello con motivo del Día Mundial Internacional de los Monumentos y Sitios, declarado pro la UNESCO en 1983, que se celebra este jueves y que este año se centra precisamente en la enseñanza. El director del Aula de Patrimonio ha estado acompañado por la vicerrectora de Cultura de la UC, Elena Martín; la coordinadora del proyecto de las Piezas del mes y autora del libro, Isabel Cofiño; y la coordinadora del ciclo de conferencias, Alicia Ruiz.

En palabras de José Luis Pérez, el Observatorio del Patrimonio de Cantabria es "una apuesta de futuro" para dar respuesta a la necesidad objetiva de evaluar la evolución y situación del patrimonio en la región desde múltiples puntos de vista. "En los tiempos que corren, es importante reflexionar para que, cuando haya dinero, los responsables políticos tomen las decisiones adecuadas para invertir en patrimonio", afirmó.

Para cada uno de sus análisis, el Observatorio reunirá a un grupo de entre ocho y diez expertos, grupo que en el caso de este primer informe sobre el patrimonio en la enseñanza, ha estado integrado por docentes de Secundaria y universidad, profesionales, directores de museos, personas vinculadas a la administración e investigadores.

En su diagnóstico, el Observatorio constata que los planes docentes actuales no contemplan horas para contenidos sobre el patrimonio cultural y se carece de optativas; que el alumno asocia el patrimonio al concepto de propiedad; que los jóvenes valoran más el patrimonio natural que el cultural; que el profesorado acusa "falta de motivación y de información; y que en el caso del patrimonio etnográfico o el inmaterial, la falta de conocimientos "resulta aún más preocupante", entre otras cuestiones.

Señala, acto seguido, que las administraciones educativas no ofrecen soluciones para paliar esta situación; que no existen programas complementarios a la enseñanza reglada; que los propios museos cobran en muchos casos entrada a los centros, pese a depender todos ellos de la misma consejería, y tratan a los alumnos como "turistas"; que la nueva legislación educativa "agrava" la situación; y que los políticos "van por detrás de la realidad".

Como propuestas, señalan la necesidad de introducir cambios en la legislación educativa para que aspectos como el patrimonio cultural formen parte de las programaciones de la ESO y Bachiller; que los profesores dispongan de más margen para desarrollar proyectos propios; una mayor coordinación entre centros para intercambiar experiencias; y fomentar entre los alumnos la investigación y la sensibilización.