El mejillón que causó intoxicaciones procedía de Galicia y llegó a Francia desde una depuradora catalana

La empresa de Girona adquirió el producto días en que la situación administrativa indicaba que era apto para el consumo

Las partidas de mejillón que causaron al menos 21 intoxicaciones alimentarias en Francia procedían de Galicia y llegaron al país vecino desde una depuradora de Girona, Servimar, en la que tiene parte la cooperativa Socomgal, de Moaña (Pontevedra).

Pero según asegura, en declaraciones a Europa Press, el gerente de esta sociedad cooperativa, Rosendo Queimaño, el producto salió de la Comunidad Autónoma antes del cierre de polígonos de bateas decretado por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) el día 2 de abril. Es decir, el día 1 —cuando la situación administrativa permitía extraer mejillón— o previamente.

De hecho, Queimaño resalta que ni los mejillones adquiridos por la depuradora catalana el día 1 ni los de los días previos —29, 30 y 31 de marzo, en plena Semana Santa— salieron de la cooperativa de Moaña, ya que "por falta" de producto fueron comprados a "un tercero", esto es, a otro proveedor.

"No quiero echar las culpas a nadie", subraya el gerente de Socomgal, al incidir en que en aquellas jornadas no estaba prohibida la venta de mejillón. "El día 1 era apto para el consumo", señala, en alusión a los informes de aquella fecha del Intecmar, que es el encargado de examinar la calidad de las aguas y determinar el estado administrativo de los polígonos.

Dos camiones volvieron a galicia

Queimaño indica que el día 2 no salió ninguna partida de mejillón desde Moaña y que el que transportaban dos camiones hacia la depuradora de Girona, de ese tercer proveedor, "dio vuelta" en cuanto se tuvo conocimiento del cierre de las bateas, en torno a las 15.00 horas de aquel martes —uno estaba ya en León y el otro en Burgos—.

Técnicos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) se pusieron en contacto con los responsables de la depuradora de Girona, "hicieron sus controles de trazabilidad y ahí está todo bien", explica el gerente de la cooperativa de Moaña.

Por eso apunta a la posibilidad de que hubiese "un problema por un despiste" o "una falta de control" determinados días de la Semana Santa. "Puede ser que aumentaron los dinoflagelados" entonces, admite, pero llama la atención sobre que, si la situación en el mar "fuese muy desfavorable, la gente del Intecmar iría" a realizar muestreos, teniendo en cuenta que Galicia tiene "el control más riguroso" en este ámbito.

Con todo, Rosendo Queimaño resta importancia al asunto puesto que "son unas pequeñas descomposiciones y no murió nadie". "Según los franceses es toxina y según los españoles, dieron bien todos los análisis", contrapone.

Este miércoles, todos los polígonos siguen cerrados a excepción de dos en la ría de Ares-Betanzos —Sada A y Sada B—. "A veces le damos más importancia de la que tiene. Ni la depuradora en cuestión ni la cooperativa tienen culpa de nada ni le voy a echar la culpa a nadie. Es una cosa que pasó y tampoco murió nadie", zanja Rosendo Queimaño.

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