El Congreso de los Diputados inicia el enésimo intento para reformar su reglamento interno

  • El reglamento del Congreso data de los años ochenta del siglo XX.
  • Según los grupos parlamentarios, necesita una puesta al día ya.
  • A partir de ahora los partidos irán aportando ideas para su reforma.
  • La idea es hacer el Congreso más dinámico y cercano a los ciudadanos.
Entrada principal del Congreso de los Diputados.
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El Congreso de los Diputados ha comenzado este martes de forma oficial los trabajos para el enésimo intento de reforma de su reglamento, vigente desde 1982, y que según todos los grupos necesita una puesta al día para acercar la institución a los ciudadanos y agilizar su encorsetado funcionamiento interno.

El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, ha reunido este martes a todos los grupos parlamentarios con los que ha acordado constituir la ponencia para la reforma el próximo 24 de abril. A partir de ese día los grupos irán aportando sus ideas para mejorar los normas y los engranajes de la vida parlamentaria, en un momento además de fuerte descrédito de la clase política y en medio del perenne debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento.

Posada ha reclamado a los grupos parlamentarios "grandeza de ánimo" y capacidad de diálogo de cara a esta reforma que, según reconoce, será una tarea "muy difícil", como ha quedado demostrado en anteriores intentos. En la reunión de hoy, el presidente del Congreso ha repartido a los portavoces un CD con abundante documentación sobre el trabajo acumulado en otras legislaturas, en especial en la de 2007, cuando se estuvo a punto de cerrar una reforma del reglamento que no salió adelante en el último suspiro.

"Les he puesto de ejemplo al presidente del Congreso Manuel Marín que trabajó y se implicó en la reforma y sin embargo no salió. Por eso digo que es un trabajo muy, muy difícil, y les pido grandeza de ánimo y capacidad de llegar acuerdos", ha subrayado. Posada, que ve un "auténtico deseo de corazón" de llegar a un pacto, ha alertado no obstante del peligro de que todos los partidos se obstinen en mantener sus posiciones, lo que podría abocar a un nuevo fracaso.

Por eso, ha preferido no fijarse plazos para la reforma porque sería "absurdo y prematuro" sin escuchar antes los planteamientos de los grupos parlamentarios, y además, añadiría "más presión" a la negociación. El nuevo plan para la reforma del reglamento parte de una iniciativa de la Izquierda Plural del pasado mes de septiembre, que se sustanció en noviembre en una moción conjunta con el PP y en una resolución unánime durante el debate sobre el estado de la nación en febrero.

Regulación de los 'lobbies'

Entre las posibles medidas para mejorar el funcionamiento del Congreso y su apertura a la sociedad destaca la regulación de los grupos de intereses o 'lobbies', aplicar a los diputados las normas de transparencia, con especial atención a la publicidad de actividades, bienes y declaraciones tributarias y la puesta en marcha de la Oficina Presupuestaria de las Cortes Generales.

La Izquierda Plural ha remitido ya a Posada un documento de diez puntos que propone, entre otras novedades, la obligación de que el Gobierno convoque una vez al año el debate sobre el estado de la nación, el impulso de la Comisión de Peticiones para que no sea un "simple buzón" de las demandas ciudadanas, y una nueva regulación de las retribuciones de los diputados.

IU también plantea medidas de apertura interna del Parlamento, ampliar el papel individualizado de los diputados en las comisiones o modificar los cupos de iniciativas de la oposición. Su portavoz, José Luis Centella, ha expresado hoy su satisfacción porque hayan comenzado -aunque tarde- los trabajos para que el Congreso "se abra a la calle" y para limitar el bipartidismo imperante en las normas de funcionamiento del Parlamento.

Uno de los asuntos espinosos que frustró el último intento de reforma fue el uso de las lenguas cooficiales en las sesiones del Congreso y que nadie duda de que los grupos nacionalistas volverán a reclamar con más o menos insistencia durante la negociación. Prueba de que reivindicación estará sobre la mesa es la expulsión de la tribuna de oradores la semana pasada de los tres diputados de ERC por dirigirse a la Cámara en catalán en protesta por la recientes sentencia sobre el castellano en las escuelas catalanas.

Fuentes del PP ya han dejado claro que no creen que el asunto de las lenguas sea una de las prioridades que demandan los ciudadanos aunque se muestran abiertos a escuchar las propuestas de todos los grupos políticos.

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