La Asociación de Supermercados se opone a que la ciudad se declare Zona de Gran Afluencia Turística

La Asociación de Supermercados de Cantabria (ASUCAN), formada por las cadenas Lupa, BM, Netto, Mercadona y El Arbol, que agrupan 150 supermercados y más de 3.000 empleados, se opone a que Santander sea declarada Zona de Gran Afluencia Turística, lo que permitiría liberalizar los horarios comerciales los domingos y festivos de junio a septiembre.
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EUROPA PRESS
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La Asociación de Supermercados de Cantabria (ASUCAN), formada por las cadenas Lupa, BM, Netto, Mercadona y El Arbol, que agrupan 150 supermercados y más de 3.000 empleados, se opone a que Santander sea declarada Zona de Gran Afluencia Turística, lo que permitiría liberalizar los horarios comerciales los domingos y festivos de junio a septiembre.

En un comunicado, ASUCAN, perteneciente a la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), argumenta que Santander cuenta ya con un horario comercial "suficiente" para cubrir las necesidades del turismo, "porque con los horarios actuales se está garantizando sobradamente las necesidades de estos consumidores".

Y considera que la actual regulación de horarios comerciales no es "el problema a los males que aquejan al comercio", sino el hecho de que no existe una demanda real.

Así, subraya que el sector comercial —que es el primer generador de empleo de España con más de tres millones de trabajadores y más de 700.000 autónomos— tiene otras cuestiones por solventar que ayudarían a generar empleo y riqueza, como eliminar las trabas administrativas a las que se enfrenta, impulsar medidas que fomenten la cultura emprendedora y crear iniciativas financieras "reales" que incrementen y faciliten el acceso al crédito.

ASUCAN recuerda que actualmente, en Cantabria está permitida la apertura semanal a un máximo de 90 horas (desde las 72 horas anteriores) pero ningún establecimiento las está abriendo porque "comercialmente no es necesario al no haber demanda", y 10 domingos y festivos (de los 8 anteriores), en los que "cada vez se vende menos y justifica menos su apertura".

En su opinión, una mayor flexibilización de horarios comerciales rompería con el actual modelo comercial de Santander, basado en la apuesta por el comercio-ciudad (ciudad inteligente-Smart city) y "pondría en peligro" el modelo de sociedad en el que el ocio y las relaciones familiares y sociales son "pilares básicos".

La mayor parte de los pequeños y medianos comercios son empresas familiares y, por tanto, el coste personal y económico que tendrían que soportar sería enorme de llevarse a cabo una ampliación de horarios comerciales, señala.

Además, mantiene que disponer de más horas de apertura no garantiza que aumente el consumo, que "está cayendo", tanto de forma general como de alimentación en particular; y advierte que la liberalización horaria comporta un mayor nivel de costes que hay que trasladar al precio de venta·

Por todo ello, mantiene que no hay una relación causa-efecto entre una mayor liberalización y generación de empleo, sino más bien lo contrario, sobre todo teniendo en la coyuntura económica actual.

De ahí que, a su juicio, la petición que hacen los grandes establecimientos de liberalizar los horarios comerciales los domingos y festivos de junio a septiembre con el argumento de impulsar el turismo de compras y crear empleo, "únicamente persigue poder ganar cuota de mercado y mejorar sus ventas a costa del resto del comercio, que tienen mayores dificultades para abrir cuando quieran".

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