El pasado año 2012, el número de fallecidos en las carreteras de Castilla y León descendió un 20 por ciento, según ha resaltado el nuevo jefe del Sector de Tráfico de la Guardia Civil en Castilla y León, el teniente coronel Francisco Javier Molano, quien lo ha calificado como un "éxito" achacable al "trabajo y al esfuerzo" de todos los agentes que conforman la unidad.

En cualquier caso, ha apostado por seguir trabajando ya que "aunque los resultados son buenos y satisfactorios", no se pueden "conformar" con ellos, ya que "un sólo muerto es mucho". Durante su toma de posesión, se ha marcado como objetivo reducir la mortalidad "todo lo que se pueda", para lo que va a destinar todo su "esfuerzo y energía".

En su nuevo cargo, ha asegurado que continuará con las líneas estratégicas que desarrolla la DGT como el control de la velocidad, el control del consumo de alcohol y de drogas, y los sistemas de seguridad.

Molano ha recordado que los agentes de Tráfico están para "controlar, vigilar y para exigir que la gente cumpla con las normas", por lo que "si alguien no cumple, sabe que podrá ser sancionado".

Además, ha apostado por tener un "especial cuidado" con las vías secundarias, en las que existe entre un 70 y un 80 por ciento de accidentalidad y fallecidos. "Ahí hay que dirigir los esfuerzos", ha añadido Molano.

Coordinación entre organismos

En relación con el trabajo coordinado con el Gobierno central y con la Consejería de Fomento sobre el estado de las carreteras, el nuevo jefe del Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Castilla y León ha señalado que las relaciones son "excepcionales".

Es más, ha indicado que cualquier defecto en la calzada, bien por deterioro o bien por señalización, al estar en permanente contacto, se pone en conocimiento del organismo competente, el cual actúa "con diligencia". "La coordinación es amplia", ha concluido Molano.