Lo que comenzó con una rutinaria llamada a la policía tras un accidente leve de tráfico acabó con una mujer embarazada tirada en el suelo y reducida bruscamente con una pistola eléctrica por un agente de policía.

Los hechos ocurrieron el pasado 30 de marzo en el aparcamiento de un centro comercial de la localidad de Springfield, en el Estado de Illinois (EE UU), y salieron a la luz  gracias a un vídeo grabado con un teléfono móvil y difundido a través de YouTube por un testigo presencial. Las imágenes, divulgadas ampliamente en los medios locales, han generado una fuerte polémica en la opinión pública del país.

Lucinda White, de 29 años y embarazada de 8 meses, y su novio, Frederic Thomas, llamaron a la policía por un pequeño accidente que habían sufrido y en el que estaba involucrado un segundo vehículo, estacionado también en el parking.

Cuando los agentes acudieron al lugar, el conductor del otro coche negó haber tenido la culpa del choque, ante lo cual, Thomas —según reza el atestado policial, citado por The Huffington Post— comenzó a increpar y maldecirle. Los agentes trataron entonces de calmarle y le amenazaron con el arresto si no dejaba de insultar al propietario del otro vehículo.

Fue entonces cuando los policías se decidieron actuar. Redujeron a Thomas y, posteriormente, y pese a advertirles repetidamente este que su novia estaba embarazada, se ocuparon de White. Con fuertes y repetidos empellones —y con lo que los medios estadounidenses identifican como una pistola eléctrica (de color amarillo)— lograron inmovilizar en el suelo a la mujer hasta que se personó en el lugar otra pareja de agentes.