La Guardia Civil ha desarticulado una banda compuesta por jóvenes de unos 20 años, afincados en los municipios malagueños de Fuengirola y Mijas, cuya principal actividad se centraba en asaltos con armas y robos con fuerza tanto en viviendas como en establecimientos comerciales.

Estos robos se cometían con "tal intensidad y frecuencia que habían conseguido levantar un clima de alarma social entre los vecinos de las zonas afectadas", según han indicado desde la Guardia Civil a través de un comunicado.

La operación 'Júpiter' se inició el pasado mes de enero, cuando se produjeron los jueves de cada semana, y cuando los establecimientos comerciales estaban próximos a la hora de cierre, dos atracos, uno en una tienda de electrodomésticos y el otro en un supermercado. En ambos, los atracadores iban cubiertos con capuchas y pasamontañas portando armas cortas y cuchillos, consiguiendo en escasos minutos un botín de 1.525 euros.

Tras recopilar los datos y percatarse de que existían circunstancias muy similares en los dos delitos, los investigadores se centraron en localizar en la zona de los atracos, al supuesto grupo, que estaría conformado por jóvenes. La hipótesis policial apuntaba a que buscaban dinero en metálico disponible en la caja para gastarlo "en diversión el siguiente fin de semana".

El siguiente jueves, en el que los agentes de la Guardia Civil estaban alerta, se produjo por la zona de Mijas la fuga de un vehículo, ocupado por varios jóvenes, que finalizó con la recuperación de una bolsa conteniendo efectos relacionados con los atracos.

A

Plena luz del día

A partir de este momento, la investigación, según los agentes, se orientó hacia el vehículo detectado y sus ocupantes, estableciendo operativos de vigilancia que determinaron cómo la comisión de los robos había cambiado, puesto que comenzaron a atracar en el interior de domicilios habitados, ubicados principalmente en las localidades malagueñas de Mijas, Fuergirola y Benalmádena.

Los robos eran cometidos a plena luz del día con transeúntes por la vía pública, forzando la puerta principal en viviendas residenciales, situadas en pleno casco urbano, dándose el caso de llegar a suspender el robo por falta de material adecuado y, posteriormente, regresar al mismo sitio para finalizar el trabajo.

La banda de jóvenes tenía un líder de apenas 20 años de edad, quien asumía las responsabilidades relacionadas con la asignación de tareas concretas, distribución del personal en los sitios seleccionados, venta de los efectos robados —principalmente joyas— y gestionar la logística del grupo, principalmente la adquisición de medios de transporte y herramientas para la comisión de los delitos.

En la operación, desarrollada a lo largo de dos meses, se realizaron cuatro registros domiciliarios en Fuengirola y la Cala de Mijas, en los que se han recuperado diversos efectos procedentes de los robos perpetrados, ya que han sido reconocidos por sus legítimos propietarios. Así, se detuvo a dos personas por receptación, ocho personas pertenecientes a la banda por delito de robo, de los que cuatro han ingresado en prisión; y ha sido imputada una persona más.

La actuación policial, desarrollada por agentes de la Guardia Civil pertenecientes al equipo de Policía Judicial e Investigación, se enmarca dentro del plan de actuación presentado recientemente por la Dirección General del Cuerpo, en el que se dictan instrucciones concretas para atajar el aumento detectado en la comisión de robos en viviendas ocupadas por sus inquilinos.