Ávila señala que la política de austeridad y las reformas del Gobierno central "ahondan" en la recesión económica

El consejero asegura que, "lejos de sentar las bases para la recuperación", estas medidas generan "más desempleo, desigualdad y pobreza"

El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila, ha criticado la política de austeridad y las reformas aprobadas por el Gobierno de España, sobre todo la laboral, que, "lejos de sentar las bases para la recuperación, están ahondando en la recesión y generando más desempleo, desigualdad y más pobreza".

Así lo ha destacado durante la inauguración en Carmona (Sevilla) de unas jornadas, organizadas por el Observatorio Económico de Andalucía, foro en el que ha realizado reflexiones en torno a las políticas económicas aplicadas y la evolución de la economía española y de la andaluza durante el último lustro.

Para ello se ha referido a los antecedentes de esta crisis y a sus efectos en la actividad económica. Según sus palabras, la crisis, de origen financiero, ha derivado en una "dura" crisis económica mundial que está afectando especialmente a los países europeos, sobre todo a los de la periferia del área del euro. "En España, se ha agudizado en 2012 con una segunda recaída de la actividad, entrando nuevamente en situación técnica de recesión", ha recalcado.

Ávila ha indicado que las señales de moderada recuperación que se apuntaban en 2011 "se vieron truncadas" en 2012, con un retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) en el conjunto del año del 1,4 por ciento, después de haberse incrementando ligeramente (0,4%) en el ejercicio anterior. A lo largo de estos cinco años de crisis económica en España, se ha acumulado un retroceso real del PIB del 4,2 por ciento (-6% en Andalucía), hecho que ha tenido su traducción en la Encuesta de Población Activa (EPA) con una fuerte destrucción de empleo, un aumento del paro y un incremento de los hogares con todos sus miembros en paro y sin ingresos.

Por lo que respecta a Andalucía, el consejero ha señalado que la comunidad se ha visto "en mayor medida" afectada por esta crisis económica por varias razones. En primer lugar, porque una crisis de origen financiero repercute en las economías que requieren mayor financiación externa.

En 2007, último año del ciclo expansivo, la inversión representó el 33 por ciento del PIB de Andalucía, frente al 21,9 por ciento de media en la Unión Europea (UE). Más de una tercera parte de esta inversión iba destinada al sector residencial, cuyo peso en el PIB era en Andalucía del 12 por ciento (España 10%), el doble que en la UE (6%). Como contrapartida, el saldo de créditos otorgados por el sistema financiero duplicaba al de los depósitos y, como en España, más de la mitad del crédito vivo de las instituciones financieras se destinaba al sector inmobiliario.

En segundo lugar, ha apuntado que la economía andaluza depende en gran medida de España, de modo que casi dos de cada tres euros de exportación van dirigidos al resto de las comunidades autónomas y en torno al 60 por ciento del turismo de la región es de origen nacional. El extraordinario dinamismo de las exportaciones andaluzas, que han crecido casi un 60 por ciento desde 2007, no compensa la debilidad de la demanda interna española.

En tercer lugar, ha hecho referencia a la "debilidad estructural" de Andalucía, es decir, el menor peso relativo del sector privado en relación a la media de España. Concretamente, el PIB generado por el sector privado suponía (en 2010) el 12,9 por ciento del total nacional, inferior al 17,9% de la población andaluza.

Finalmente, y con relación con el desempleo, Ávila ha hecho referencia al "fuerte crecimiento" de la población activa, que lleva aparejado un fuerte aumento de la tasa de paro. Entre 2007 y 2012, la población activa ha aumentado en 327.300 personas en Andalucía, casi el 40 por ciento de todos los nuevos activos en España. Ello, unido al significativo ajuste del empleo en el sector de la construcción y actividades vinculadas al mismo (que explica las dos terceras partes de la caída global de la población ocupada en Andalucía en estos años), determina que casi el 80 por ciento del aumento del número de parados en la comunidad durante estos años se deba a estos dos factores.

"diagnóstico erróneo"

A juicio del consejero, la "duración e intensidad" de esta crisis está poniendo de manifiesto que las soluciones adoptadas para salir de ella no están dando los resultados esperados. Por ello, ha rechazado el diagnóstico basado en que el problema de la economía española deriva del excesivo endeudamiento público y que la causa son las comunidades autónomas. De ahí que las recetas basadas en un fuerte recorte del gasto público de las comunidades son "inapropiadas e ineficaces" y suponen, según Ávila, una "agresión" a la sanidad y educación públicas y a los servicios sociales de España, prestados en su mayoría por las administraciones autonómicas.

Para el consejero, desde 2012 la política económica del Gobierno central "confunde reformar con recortar". Los resultados son la destrucción de 822.600 empleos en España, de ellos 148.500 en Andalucía; la mayor afección de esta destrucción al colectivo de asalariados; la más elevada tasa de paro en la historia de la democracia (26%); el aumento del 28 por ciento del número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo; el deterioro de la negociación colectiva, el incremento de la conflictividad laboral, y el empeoramiento de la relación crecimiento económico y empleo.

Con todos estos datos, el consejero ha asegurado que el "fuerte" proceso de consolidación fiscal al que se ha comprometido el Gobierno de España con la Unión Europea supone, en estos momentos, una "amenaza" para la recuperación del crecimiento económico.

ALTERNATIVAS

No obstante, el consejero ha querido dejar claro que "hay alternativas". "La salida de la crisis requiere combinar políticas de crecimiento con consolidación fiscal de las cuentas públicas. Como han hecho otras economías, tal es el caso de EEUU, con un papel activo de la Reserva Federal, frente a la pasividad del BCE (Banco Central Europeo)", ha matizado.

Y ésta es, según Ávila, la apuesta de Andalucía, que aboga por una "política económica responsable y leal" con el equilibrio de las cuentas públicas a lo largo del ciclo, pero también comprometida con la reactivación económica y del empleo. Una política que combina dos vectores: sectores económicos y factores productivos, y que se concreta en dotar de mayor competitividad a los sectores tradicionales y en renovar la base productiva con el impulso de nuevos sectores estratégicos, así como en fortalecer los factores productivos que propician el crecimiento, como son el capital humano, la I+D, la innovación, las nuevas tecnologías, la internacionalización y la cultura emprendedora que impulse la inversión productiva.

Así, la dotación de los factores productivos ha aumentado y mejorado en Andalucía, incluso durante los años de crisis económica, en los que se han seguido registrando aumentos en la cualificación de la población, el gasto en I+D, el 'stock' de capital productivo y, especialmente, en las exportaciones internacionales, en mayor medida además que en el conjunto de la economía española.

Así, en 2012, el porcentaje de población activa cualificada andaluza alcanzó el 84,3 por ciento, cuatro puntos por encima de lo que suponía en 2007; entre 2007 y 2011, el gasto en I+D en Andalucía se ha incrementado un 11,5 por ciento, casi el doble que en el conjunto nacional; el 'stock' de capital productivo de Andalucía se ha incrementado un 5,4 por ciento; las exportaciones andaluzas al extranjero han crecido un 56,9 por ciento desde 2007, casi el triple del aumento registrado en el conjunto de comunidades autónomas y el espíritu empresarial y la capacidad emprendedora han tenido su reflejo en la creación neta de 54.947 sociedades mercantiles en Andalucía, entre 2008 y 2012.

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