El escritor barcelonés Jordi Sierra i Fabra ha comparado su última novela, Parco, con la que ganó la última edición del Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, con un cuadro de Piet Mondrian.

"Después de superar su etapa figurativa, Mondrian comenzó a pintar de forma diferente y agrupó los colores de sus cuadros en rectángulos, el rojo aquí, el verde allí, el amarillo y lo demás blanco, sin curvas, todo líneas rectas, y en ese sentido el libro ofrece una síntesis de la trama en cuatro golpes", ha comentado Sierra i Fabra.

El autor intenta traducir ese "minimalismo plástico" en la estructura de Parco, en la que "cada escena es un cuadro y un color".

El lector va conociendo al protagonista en el reformatorio, al psicólogo que le atiende, descubre el crimen —ha matado a un hombre de varias cuchilladas— y finalmente su escapada, en la que halla respuestas a todos los enigmas planteados.

La historia de Parco arranca en un reformatorio, con un joven asesino, un misterio y una esperanza que solo se presenta al final, en el último suspiro, la última voz.

La novela, a decir de su autor, se aguanta en la última frase del libro: "Es la clave. Cuando la escribí me puse a llorar y sé que le ha sucedido lo mismo a otras personas y, para mí, conseguir algo así después de haber escrito más de 400 libros es, sencillamente, mágico".

Sierra ha confesado que este libro lo hizo en su casa de Vallirana (Barcelona) en 2009, cuando ya había acabado las novelas de verano y, cosa rara en él, "sin guión previo".

La obra estuvo acabada entre el 26 de agosto y el 1 de septiembre y una vez hecha supo que difícilmente la publicaría y la guardó a la espera de un premio, "porque era la única forma de que se pudiera publicar". Al prescindir de ese guión, sagrado para el autor español vivo más prolífico, Sierra quería "experimentar algo nuevo".

Califica su novela de "poco usual", de "grito, afilada, cortante como un cuchilla, un pulso en tiempos oscuros, en el que las voces de los indignados se elevan por encima del miedo".

Jordi Sierra, que pronto inaugurará el Centro Cultural que lleva su nombre y que será la sede de su fundación de fomento de la lectura y la cultura, valora el premio porque Parco trata una historia que se escapa de lo habitual en el mundo de la literatura infantil y juvenil.

"Es una novela desnuda, políticamente incorrecta, situada al límite, en apariencia incómoda, pero, creo, necesaria justamente ahora, en estos tiempos de cólera y rabia", resume.

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