El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón licitará a lo largo de este mes las obras para realizar el traslado de los residuos del vertedero de Bailín, ubicado en el término municipal oscense de Sabiñánigo, a un nuevo vaso.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, ha visitado este miércoles el vertedero junto con los diputados de la Comisión Agraria de las Cortes autonómicas y otras autoridades.

En declaraciones a los medios de comunicación, Lobón ha indicado que el traslado se llevará a cabo entre los meses de junio y octubre, la época seca en esta zona de la comarca del Alto Gállego y en tres o cuatro años "estaría solucionado todo", ha dicho el consejero.

Asimismo, ha señalado que este es "un problema de primer orden" al que se le están dando soluciones "de primer orden" que tiene su origen en los residuos de lindano que dejó la empresa química Inquinosa en los primeros años 90 del siglo XX.

Al respecto, ha resaltado que "hay una total colaboración" entre el Gobierno de España y el Ejecutivo autónomo, que aportarán más de dos millones de euros el primero y tres millones el segundo. El esfuerzo es permanente y el control de la situación es total, ha apostillado.

No hay dejadez

El consejero ha indicado que "dejadez no hay ninguna" y ha destacado que "la complejidad es enorme". Así, tan pronto esté reparado el vaso, se realizará el traslado de todos los fluidos contaminantes, ha agregado.

La directora general de Calidad Ambiental del Gobierno de Aragón, Pilar Molinero, ha explicado que la primera capa del nuevo vaso "es una tela muy volátil que con el viento se ha levantado" y será necesario sustituirla antes de ejecutar el traslado. La causa de los retrasos es que "hubo problemas con la primera licitadora".

Molinero ha explicado que hay residuos sólidos y líquidos. Estos últimos "nunca deberían haber estado ni en Bailín ni en Sardas" y serán incinerados en el extranjero. En Bailín, hay unas 200.000 toneladas. Además está pendiente el traslado de residuos de la nave que tiene Inquinosa en Sabiñánigo y las tierras contaminadas de Sardas.

Potabilidad asegurada

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, ha señalado que la zona está "en mal estado como consecuencia de los focos de contaminación", pero los índices de tóxicos que el Organismo de Cuenca detecta en los análisis en el agua "no son suficientemente altos para que puedan afectar a los abastecimientos", ha añadido.

De Pedro ha añadido que "el agua tiene la calidad adecuada para los abastecimientos que hay aguas abajo y no hay ningún motivo de preocupación" y ha expuesto que los técnicos toman muestras cada ocho horas y realizan análisis todas las semanas, informado de los resultados al Gobierno de Aragón.

"Podemos estar tranquilos, hay un control continuo", ha indicado el presidente de la CHE, quien ha comentado que también se evalúa el estado de los peces, en algunos de los cuales se ha hallado lindano.

"En la mayoría de los análisis no se detecta nada", sino que "de vez en cuando se detectan pequeñas cantidades" de residuos tóxicos, ha insistido Xavier de Pedro, quien ha subrayado que con la potabilización del agua no hay "ningún problema".

Tradición industrial

El alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, ha apuntado, en un acto que ha tenido lugar en la sede del Consejo Comarcal del Alto Gállego, que los residuos de lindano son "peligrosos, de los más peligrosos de España y del mundo" y ha confiado en conseguir los recursos necesarios para solucionar este problema, al tiempo que ha mostrado su apoyo al Gobierno de Aragón.

Durante el acto, la directora general de Calidad Ambiental ha explicado el origen de la actividad industrial de Sabiñánigo, que se inició a comienzos del siglo XX por la presencia de agua, electricidad y su cercanía a Francia.

Entre 1975 y 1992, Inquinosa produjo residuos peligrosos que se vertieron primero en el vertedero de residuos urbanos de Sardas y después en el barranco de Bailín. Se depositó residuo líquido, que "nunca debió ir a los vertederos y es la causa por la cual la primera solución está fallando". Con el tiempo, los residuos líquidos contaminaron el acuífero al fluir por el sustrato rocoso.

En Bailín y Sardas, se está realizando el control de aguas, la extracción de residuos líquidos y su depuración y los controles. El río Gállego está a 800 metros. La directora general ha resaltado el ahorro que supone el traslado al nuevo vaso de los residuos de la nave de Inquinosa, que costarán 200.000 euros, no los 3,5 millones que habría que pagar a cualquier gestor privado.

Una vez realizado el traslado, se llevará a cabo el sellado de la celda, con un coste de 3,5 millones de euros. En total, la operación tiene un coste de 10 millones de euros, a los que se suma el seguimiento anual que se realizará. La directora general ha resaltado que se realizan habitualmente hasta tres tipos de control distintos de la calidad de las aguas, en el acuífero, en el río y en las tomas de agua.