Ya son 130 los reos en huelga de hambre en Guantánamo, según uno de los internos

  • La huelga comenzó el 6 de febrero en protesta por las "duras condiciones disciplinarias" en las que, según los detenidos, viven los presos en los barracones.
  • Los internos, entre ellos algunos supuestos inductores del 11-S, también protestan porque sus ejemplares del Corán fueran revisados "de manera inadecuada".
  • Hasta 86 del total de 166 presos están recluidos sin cargos y su liberación está "suspendida indefinidamente".
Un familiar del prisionero yemení en Guantánamo Abdul Hakeem Kalib sujeta una imagen de Abdul durante una protesta en la que piden la liberación de los presos en Saná, Yemen.
Un familiar del prisionero yemení en Guantánamo Abdul Hakeem Kalib sujeta una imagen de Abdul durante una protesta en la que piden la liberación de los presos en Saná, Yemen.
EFE/Mohammed Hamoud
Un familiar del prisionero yemení en Guantánamo Abdul Hakeem Kalib sujeta una imagen de Abdul durante una protesta en la que piden la liberación de los presos en Saná, Yemen.

El número de presos en Guantánamo que están en huelga de hambre asciende a 130, según el prisionero Shaker Aamer, quien en una llamada telefónica a su abogado, Clive Stafford, denunció un empeoramiento del trato al que son sometidos.

El Pentágono solo ha reconocido hasta el momento a 31 presos en huelga de hambre en ese penal de la Base Naval de Guantánamo, situada en Cuba, donde hay 166 prisioneros entre ellos algunos considerados inductores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra varias ciudades de EE.UU.

La huelga comenzó el 6 de febrero en protesta por las "duras condiciones disciplinarias" en las que, según los detenidos, viven los presos en los barracones y después de que los ejemplares del Corán que utilizan los prisioneros fueran revisados "de manera inadecuada".

Según una declaración jurada de Stafford en la que detalla las comunicaciones desclasificadas mantenidas con su cliente durante la última semana, Shaker relata a su abogado "los castigos" a los que dice estar sometido por haber reconocido el pasado 25 de marzo que se ha unido a la huelga.

Aunque había secundado la protesta días antes, el pasado lunes reconoció apoyarla, por lo que según él desde entonces se le "han negado varios objetos requeridos por razones médicas", como un fajín para sus problemas de espalda o unos calcetines especiales para controlar el edema que sufre en los pies.

El pasado 29 de marzo, según el documento, el prisionero aseguró a su abogado que de los 66 detenidos que se encuentran en el Campo V, 45 se han declarado en huelga de hambre, "aunque en realidad la están haciendo más". Shaker informó, además, de que 15 de ellos tienen los niveles de azúcar muy bajos y siete se encuentran en las dependencias hospitalarias.

"Milagros" con el peso de los recluídos

El informe asegura que las autoridades que están al cargo de la prisión "están jugando con los pesos de los presos". "Usan una escala más grande ahora, y pesan a los presos con grilletes, y con frecuencia inmediatamente después de haber bebido una gran cantidad de agua. Suelen esconder el resultado del peso a los presos, aunque a veces les dicen lo que es", añade la declaración.

El cliente de Stafford informó de "varios milagros", como el de un prisionero que la semana pasada pesaba 57 kilos y ésta pesó 63 pese a no haber comido durante ese tiempo. Shaker aseguró que uno de los prisioneros pesa ya unos 38 kilos, otro 48 y un tercero apenas alcanza los 53, y explicó además que otros están sufriendo "maltratos gratuitos", como es el caso "del Sirio, que es paralítico y al que se le ha negado su silla de ruedas durante seis semanas".

"El demandante señala que los detenidos están más unidos que nunca ya que están decididos a luchar contra el abuso que están sufriendo con una huelga de hambre no violenta", apunta Stafford en su declaración, rubricada el domingo.

Los abogados que tienen varios defendidos en la prisión han asegurado que la huelga de hambre finalizaría si se les permitiese a los reos hacer entrega de sus libros sagrados y recibir otros para sus oraciones, pero denuncian que ningún estamento de la prisión les escucha.

Los guardias de la prisión suelen hacer registros rutinarios en las celdas en busca de objetos ocultos con los que pudieran dañar al personal, médicos, abogados u otros detenidos, mientras que cada preso está autorizado a tener una copia del Corán. Los guardias tienen prohibido tocar esos ejemplares y normalmente son lingüistas musulmanes a los que se les permite buscar en el libro sagrado si los jefes militares lo consideran necesario.

Solo seis de los 16 presos considerados muy importantes están actualmente encausados, entre ellos los supuestos autores intelectuales de los atentados de 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., mientras que 86 del total de 166 presos están recluidos sin cargos y su liberación está "suspendida indefinidamente".

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