Juzgan este martes a tres acusados de atracar a mano armada un bar y dejar atados a los empleados

La Audiencia Provincial de Sevilla juzgará este martes a tres hombres acusados de atracar un bar ubicado en la avenida de las Ciencias de la capital hispalense armados con una pistola y una navaja, tras lo que maniataron a dos empleados a los que dejaron encerrados en la cocina del establecimiento advirtiéndoles previamente de que "debían esperar 20 minutos", hechos por los que la Fiscalía pide diez años de cárcel para cada uno de los imputados.

La Audiencia Provincial de Sevilla juzgará este martes a tres hombres acusados de atracar un bar ubicado en la avenida de las Ciencias de la capital hispalense armados con una pistola y una navaja, tras lo que maniataron a dos empleados a los que dejaron encerrados en la cocina del establecimiento advirtiéndoles previamente de que "debían esperar 20 minutos", hechos por los que la Fiscalía pide diez años de cárcel para cada uno de los imputados.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, en el juicio que se celebrará en la Sección Cuarta de la Audiencia, el fiscal pedirá para cada acusado —Juan R.D., Manuel C.A., y José C.A.— cinco años por un delito de robo con violencia y otros cinco años por un delito de detención ilegal, estimando que en el caso de los dos primeros concurre la agravante de disfraz. Además, solicitará que abonen una indemnización de 1.100 euros.

Según expone el fiscal en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, los hechos tuvieron lugar sobre las 2,00 horas del día 8 de mayo de 2008, cuando los acusados, "puestos previamente de acuerdo", acordaron perpetrar un atraco en el bar 'Speedy Camel' ubicado en la avenida de las Ciencias.

Así, y mientras José C.A. esperaba fuera en el interior de un turismo con el motor en marcha y en compañía de un segundo individuo —que ha fallecido—, los otros dos acusados, portando uno una sudadera con capucha y el otro unas gafas de sol "con intención de ocultar sus rasgos faciales y evitar su posterior identificación", entraron en el establecimiento esgrimiendo una pistola y una navaja y abordando a un empleado que en ese momento se disponía a cerrar el bar.

Tras ello, Juan R.D. sustrajo dos teléfonos móviles y 1.100 euros en efectivo, mientras que Manuel C.A. maniató tanto a este empleado como a otra compañera en la cocina, donde los dejaron encerrados y atados advirtiéndoles de que "debían esperar 20 minutos", tras lo que, pasados varios minutos, los empleados dieron voces alertando a un vecino que pasaba por allí, quien accedió al local y los liberó.

Sobre las 1,35 horas de ese día, y de manera previa al atraco, los acusados fueron interceptados por la Policía cuando circulaban en el vehículo por Su Eminencia, identificando los agentes a los ocupantes del coche y detectando la presencia de varias sudaderas con capuchas, de colores oscuros, así como un paquete de tabaco cuya marca coincide con la de una colilla aparecida en el bar.

Según las víctimas, esta colilla habría sido arrojada al suelo por uno de los acusados, aunque el material genético detectado en dicha colilla no coincide con el de los tres imputados, no habiendo podido cotejarse con el correspondiente al cuarto individuo debido a su fallecimiento y al no constar su material genético en los archivos policiales.

Además, uno de los empleados observó un turismo de la misma marca y modelo al identificado por la Policía con personas en su interior, "aguardando durante el atraco con el motor en marcha", a lo que se suma que los trabajadores han reconocido a los procesados tanto fotográficamente como en rueda policial de detenidos.

Uno de los imputados, en concreto Manuel C.A., cuenta con una "dilatada" trayectoria criminal en los años 80, mientras que Juan R.D. también cuenta con antecedentes penales, no constando los antecedentes del tercero de los acusados.

Petición de exhumación

De su lado, el abogado Antonio Valle, que defiende a Juan R.D. y a Manuel C.A., solicita la libre absolución de sus clientes al entender que "no se ha podido determinar conducta delictiva y, por tanto, delito alguno".

Asimismo, el letrado solicitó que, "al no constar en los archivos policiales" muestras de ADN de la persona fallecida, que estuvo imputada en la causa, se autorizara la exhumación del cadáver depositado en un nicho del cementerio de Pruna a fin de que, por parte del médico forense, se procediera a la toma de ADN de su cuerpo para que fuera cotejado con la muestra encontrada en la colilla dejada por uno de los atracadores en el lugar de los hechos.

El abogado señaló incluso que, "para su exhumación, aún no siendo necesario, esta parte incluso cuenta con la autorización de los familiares más próximos del difunto", no obstante lo cual esta petición fue rechazada.

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