Casi cuatro de cada diez personas que usan el teléfono de Salud para dejar de fumar consiguen su objetivo

Este programa de deshabituación ha sido utilizado por más de 6.500 personas desde que comenzase a funcionar en 2007

El 35,9 por ciento de las personas que han utilizado el servicio 'Quit Line' para dejar de fumar han conseguido su objetivo, según ha informado este lunes la Consejería de Salud y Bienestar Social, departamento que en 2007 puso en marcha este dispositivo de deshabituación tabáquica a través del teléfono 900 850 300.

En concreto, este servicio tiene por objeto acercar los programas de ayuda para dejar de fumar a las personas que, aún queriendo dejar este hábito, no pueden acudir a las sesiones existentes en los centros sanitarios.

La Quit Line permite así a aquellos fumadores que desean dejar de serlo obtener asesoramiento y seguimiento profesional a través de este teléfono, con consejos personalizados para afrontar situaciones difíciles como las recaídas.

Desde que en junio de 2007 se pusiese en marcha este servicio, y hasta diciembre de 2012, han sido 6.572 las personas que se han beneficiado del mismo, de las que el 35,9 por ciento se mantuvieron sin fumar durante un año.

La distribución por provincias del total de personas que han hecho uso de este recurso desde 2007 es la siguiente: Almería (486), Cádiz (707), Córdoba (614), Granada (729), Huelva (402), Jaén (549), Málaga (1.001) y Sevilla (2.082). Las personas que han hecho uso de este recurso tienen, en su mayoría, entre 25 y 54 años, siendo la proporción al 50 por ciento de hombres y mujeres. Sobre el nivel de satisfacción tras el uso de este recurso, el 85 por ciento de las personas lo recomendaría a otras personas.

Cómo funciona

El Centro de Información y Servicios al Ciudadano 'Salud Responde' es el encargado de gestionar la Quit Line. Así, cuando un ciudadano hace una llamada al 900 850 300 interesándose por este servicio, un operador de Salud Responde recopila los datos de la persona que muestra su deseo a dejar de fumar para que, en el menor tiempo posible, uno de los técnicos de las unidades de apoyo al tabaquismo se ponga en contacto con él a fin de averiguar su nivel de dependencia, si ha intentado previamente dejar de fumar y cuál fue el motivo de la recaída.

Se trata, por tanto, de prestarle al ciudadano apoyo psicológico a través del teléfono e indicarle el camino a seguir para lograr el objetivo planteado. El número de sesiones telefónicas se determina en función del nivel de dependencia que tenga cada persona, e incluso, si se detecta un nivel de dependencia alto, se recomendará al usuario que su caso sea tratado desde los centros sanitarios.

El servicio telefónico incluye, además, un seguimiento proactivo por parte de los técnicos para comprobar la evolución y reforzar la decisión de la persona que mostró su deseo de abandonar el tabaco.

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