El 40% de las mujeres víctimas de violencia de género atendidas en oficinas de empleo se incorporan al mercado laboral

El consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca aseguró hoy que "el 40 por ciento de las mujeres víctimas de violencia de género atendidas en las oficinas de empleo, es decir, 590 mujeres, logró su incorporación en el mercado laboral gracias a la puesta en marcha de un protocolo para mejorar la inserción sociolaboral de este colectivo".

El consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca aseguró hoy que "el 40 por ciento de las mujeres víctimas de violencia de género atendidas en las oficinas de empleo, es decir, 590 mujeres, logró su incorporación en el mercado laboral gracias a la puesta en marcha de un protocolo para mejorar la inserción sociolaboral de este colectivo".

Sotoca explicó que el objetivo de este protocolo, impulsado en 2010 por las consejerías de Educación, Formación y Empleo, y de Presidencia, es "ofrecer una asistencia integral a este colectivo, complementado la labor que ya se viene desarrollando en la Red de Centros de Atención Especializada para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, con medidas que les ayuden a encontrar un empleo y a recuperar su independencia económica y su autonomía".

El consejero de Presidencia, Manuel Campos, señaló que este protocolo presta "una atención especial y prioritaria" a las mujeres víctimas de violencia de género con el fin de que "descubran capacidades que les permitan adquirir mayor seguridad y confianza en sí mismas", al tiempo que indicó que los datos de inserción laboral de estas mujeres representan el "éxito" de este protocolo, porque "por un lado, supone el abandono de una vida marcada por el maltrato y, por otro, la renovación del autoestima gracias a la ayuda profesional psicológica, jurídica y asistencial, destinada a lograr su inserción sociolaboral".

Desde la puesta en marcha del mismo, se han atendido a un total de 1.472 mujeres víctimas de violencia de género en alguna de las oficinas de empleo repartidas por toda la geografía murciana. El 57 por ciento de ellas, son mujeres mayores de 34 años, y el 75 por ciento, paradas de larga duración, según informaron fuentes del Gobierno regional en un comunicado.

El titular de Empleo, explicó que "en la mayoría de los casos, la situación que han sufrido estas mujeres, repercute negativamente en su adaptación laboral, por eso es importante realizar una labor de formación, orientación y motivación que les facilite un itinerario a seguir".

Por su parte, el consejero Manuel Campos resaltó que desde los CAVIS se trabaja con las víctimas dotándolas de herramientas que les permitan afrontar la vida de manera independiente, así como de los recursos y habilidades necesarias, para "superar las secuelas del maltrato y cuantos obstáculos les impidan alcanzar una situación de normalidad".

En este sentido, Sotoca aseguró que "existe una correlación positiva entre la disposición para el empleo y la inserción laboral, ya que el 56 por ciento de las mujeres que se insertaron en el mercado de trabajo tenía una disposición alta para el empleo, es decir, menos limitaciones a la hora de buscar un trabajo y, por tanto, más posibilidades de encontrarlo".

Para Sotoca, los datos ponen de manifiesto "la eficacia en la coordinación de ambos departamentos para atender a un colectivo, que por sus características es un colectivo con especiales dificultades de inserción.

Actuación integral

Así, recordó que la actuación en el marco de este protocolo se articula principalmente en tres fases. Un primer análisis individualizado de cada caso de violencia de género, por parte de la Consejería de Presidencia a través de la Dirección General de Prevención de la Violencia de Género, Juventud, Protección Jurídica y Reforma de Menores. Una segunda fase que incluye las actuaciones del Servicio Regional de Empleo encaminadas a insertar laboralmente a estas mujeres, y una la tercera fase, que establece el seguimiento de los casos.

En concreto, el orientador laboral estudia en profundidad la situación profesional de la mujer víctima de violencia, para conocer su cualificación y sus posibles necesidades formativas y laborales. Con esta información se diseña un itinerario de inserción sociolaboral y, en caso necesario, un programa formativo específico que permita cualificarla para desarrollar alguna profesión.

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