Noruega deniega un permiso de salida a Breivik para asistir al entierro de su madre

  • El condenado por los atentados de julio de 2011, en los que murieron 77 personas, anuncia que recurrirá la decisión.
  • Su abogado critica que se prolongue la estancia en la zona de máxima seguridad de la cárcel y dice que puede constituir "una violación de los derechos humanos".
Anders Behring Breivik en la última vista de su juicio en Oslo.
Anders Behring Breivik en la última vista de su juicio en Oslo.
Heiko Junge / EFE
Anders Behring Breivik en la última vista de su juicio en Oslo.

Las autoridades noruegas han denegado un permiso al ultraderechista Anders Behring Breivik para poder asistir al entierro de su madre. Breivik cumple condena por los atentados de julio de 2011 en ese país nórdico, en los que murieron 77 personas.

Para rechazar la petición, la Dirección General de Servicios Penitenciarios apeló a que el riesgo de seguridad sería demasiado grande. A través de uno de sus abogados, Tord Jordet, el condenado ha anunciado que apelará el fallo. Su madre, Wenche Behring, falleció el viernes pasado a los 66 años y todavía se desconoce la fecha del entierro y del funeral.

El anuncio coincide con la decisión de mantener al extremista noruego otros seis meses en la zona de máxima seguridad del penal de Ila, al oeste de Oslo, lo que implica que sólo puede abandonar la cárcel en caso de urgencia médica.

Jordet criticó en un comunicado que las autoridades noruegas hayan decidido prolongar esa medida, cuando todavía sigue el proceso por la denuncia presentada hace unos meses por Breivik contra el régimen carcelario al que está sometido y que, según él, es un intento indirecto de llevarlo al suicidio.

"En las quejas y la denuncia hemos destacado que la presencia prolongada en un departamento como ese puede constituir en sí misma una violación de los derechos humanos", señala.

Breivik ha permanecido en un régimen de aislamiento especial desde su detención el 22 de julio de 2011, horas después de haber hecho estallar una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo, causando la muerte a ocho personas. Justo después se trasladó en coche a la isla de Utoya, al oeste de la capital, donde perpetró una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas, en la que murieron otras 69 personas.

Un tribunal de Oslo lo condenó en agosto pasado a 21 años de prisión, prorrogables de forma indefinida, al considerarle penalmente responsable de los atentados y rechazar que sea un enfermo mental. Se trata de la pena máxima y puede equivaler a una cadena perpetua.

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